Por segundo día consecutivo, miles de fieles colmaron la basílica de San Pedro para despedir al papa Francisco. Desde temprano, la fila rodeaba gran parte del Vaticano. La afluencia de personas crece mientras se acerca el funeral, previsto para este sábado 26 de abril.
El miércoles, más de 45.000 personas pasaron frente al féretro. El cuerpo fue trasladado desde la Capilla de Santa Marta, donde cardenales y arzobispos realizaron una despedida privada. Debido a la gran cantidad de visitantes, el Vaticano mantuvo la basílica abierta durante toda la madrugada.
Roma vive una jornada inusual. La Protección Civil estima que cientos de miles de personas llegarán durante el fin de semana largo, impulsado por un feriado. Por eso se reforzó la seguridad en toda la ciudad, especialmente en el área del Vaticano y los accesos principales.
Se reforzó la seguridad en Roma por la llegada de líderes internacionales al funeral
Están confirmadas 170 delegaciones internacionales. Entre ellas, las de Donald Trump, Volodimir Zelensky, Javier Milei y el príncipe William. El Vaticano definirá hoy el esquema de ubicación para las autoridades. Se espera que utilicen el orden alfabético en francés, como se hizo en el funeral de Juan Pablo II.
La ceremonia para la despedida del papa Francisco será pública y se realizará en la Plaza de San Pedro. Luego, el cuerpo será trasladado a la basílica de Santa María la Mayor, un lugar especial para el papa. Será enterrado según su voluntad, en una tumba simple marcada con su nombre: Franciscus.
La despedida reúne a creyentes, referentes políticos y líderes religiosos. El homenaje no solo refleja el impacto del pontífice en la Iglesia, sino también su cercanía con la gente.
La basílica de San Pedro seguirá recibiendo fieles hasta el último momento. La imagen de Francisco, sereno y austero, sigue presente en el corazón de quienes se acercan a rendirle homenaje.

La despedida moviliza tanto a creyentes como a figuras políticas de todo el mundo. La basílica de San Pedro se ha convertido en el epicentro de un homenaje masivo, reflejo de la dimensión espiritual y humana que Francisco supo construir durante su papado.