La relación entre Dibu Martínez y el público francés atraviesa un nuevo capítulo de tensión. Luego de la caída del Aston Villa ante PSG por 3 a 1 en los cuartos de final de la Champions League, el arquero argentino volvió a ser duramente abucheado en territorio galo. Sin embargo, esta vez no solo fueron los hinchas quienes lo cuestionaron: Emmanuel Petit, ex campeón del mundo con Francia, arremetió con fuerza contra el marplatense.
En declaraciones a la emisora Rothen s’enflamme, el histórico mediocampista francés fue contundente. “Creo que Martínez ya fue demasiado lejos. Es suficiente”, señaló. Y no se detuvo ahí: “Ese chico necesita ver a un psiquiatra. No compartimos la misma noción de límites”, lanzó sin rodeos. Según Petit, la actitud del arquero argentino excede lo aceptable, incluso en un contexto donde la provocación puede formar parte del juego.
El exjugador del Arsenal de los Invencibles reconoció el talento de Dibu, pero sostuvo que sus actitudes lo perjudican más de lo que lo fortalecen. “Es un gran arquero, no necesita esa clase de motivación extrema. Sin embargo, deja una imagen agotadora cada vez que pisa una cancha”, explicó, haciendo referencia al comportamiento del argentino tanto dentro como fuera del campo.
El conflicto con Francia, una herida abierta desde Qatar
La figura de Dibu Martínez quedó marcada en la memoria colectiva francesa desde aquella final del Mundial de Qatar 2022, donde fue protagonista indiscutido durante la tanda de penales y también por sus polémicos festejos. Desde entonces, cada vez que pisa suelo francés, las reacciones del público son adversas y ruidosas.
Ya el año pasado, en un partido ante Lille por la Conference League, el argentino fue recibido con abucheos, pero terminó convirtiéndose en héroe al atajar penales que clasificaron a su equipo. En esta temporada, ocurrió algo similar frente al Mónaco, y una vez más en París ante PSG, donde los hinchas lo hostigaron durante todo el encuentro.
A pesar de los cuestionamientos, Dibu mantiene su perfil desafiante. Y aunque para muchos es un símbolo de carácter, para otros representa una figura provocadora que bordea, y a veces cruza, ciertos límites. Lo que está claro es que su presencia en Francia seguirá generando reacciones intensas.
