Guillermo Francos, jefe de Gabinete de Javier Milei, se presentó este miércoles ante la Cámara de Diputados para brindar su primer informe de gestión. Lo hizo en un clima de tensión política, con una sesión marcada por críticas de la oposición, demoras en la entrega del informe escrito y, sobre todo, por el silencio absoluto sobre el escándalo del caso $Libra, una de las mayores controversias que enfrenta hoy el Gobierno.
Aunque el informe enviado al Congreso incluía respuestas a más de 2.300 preguntas, muchas vinculadas a economía, recortes presupuestarios y el sospechoso manejo del programa de inversión Libra, Francos evitó responder sobre este último tema. Prometió que lo haría la semana próxima, durante una interpelación específica, pero su negativa de hoy fue vista por numerosos diputados como una maniobra evasiva para evitar quedar expuesto en pleno recinto.
Desde la oposición, legisladores como Paula Oliveto (CC-ARI) y Maximiliano Ferraro no dudaron en denunciar lo que consideraron una “puesta en escena” por parte del oficialismo. «Convocaron en una fecha donde sabían que no habría quórum completo. Fue una trampa institucional para simular transparencia», lanzó Oliveto. Además, cuestionó duramente que no se permitieran repreguntas, lo cual, dejó en evidencia el verdadero objetivo del Gobierno: evitar rendir cuentas.
La trampa de Guillermo Francos a la oposición
La entrega del informe también fue objeto de duras críticas. El documento llegó a los legisladores apenas una hora y media antes de la exposición de Francos, lo que impidió su lectura y análisis serio. «Vinieron a cumplir con el mínimo formal, pero sin voluntad política de dialogar ni de explicar nada», se quejaron desde los bloques no oficialistas. La falta de tiempo para preparar las intervenciones fue clave para que muchos directamente se levantaran del recinto.
En su exposición, Francos prefirió hablar de logros macroeconómicos, acuerdos con el FMI y la «salida de la hiperinflación». Pero no dijo una palabra sobre cómo esas políticas afectan al ciudadano de a pie, ni mencionó los múltiples reclamos sobre el desfinanciamiento de áreas sensibles como salud y educación. El caso $LIBRA, que involucra presuntas irregularidades en inversiones públicas y beneficios a empresas vinculadas a funcionarios, brilló por su ausencia.
Que el Gobierno siga sin pronunciarse sobre Libra alimenta las sospechas. La falta de explicaciones y la postergación constante de respuestas concretas solo contribuyen a aumentar la desconfianza sobre el manejo de los fondos públicos y la posible existencia de conflictos de interés. Hasta el momento, ninguna autoridad nacional ha ofrecido detalles ni ha habilitado auditorías sobre el tema.