El camino hacia el Mundial 2026 en Estados Unidos, México y Canadá ya tiene a sus primeras grandes ausencias confirmadas. Además de la ya conocida suspensión de Rusia, ahora se suman Congo y Pakistán, tras ser sancionados por la FIFA por motivos disciplinarios y administrativos que los dejan fuera de cualquier competencia oficial.
La situación de Pakistán se remonta a problemas internos: su Federación no cumplió con las reformas exigidas por el organismo internacional, incluyendo la realización de elecciones democráticas y una correcta gestión administrativa. Aunque ya estaba eliminado en el plano deportivo, la sanción responde directamente a cuestiones estructurales que deben ser corregidas si desean volver a competir.
En el caso de Congo, el panorama es todavía más grave. La intervención externa en el manejo del fútbol local provocó la suspensión inmediata por parte de la FIFA, que denunció pérdida de control sobre las finanzas, las instalaciones y la estructura organizativa de la Federación. Hasta el momento no se esclareció públicamente quiénes tomaron ese control ni cuáles fueron los motivos de semejante desorden institucional.
Rusia sigue marginada y Arabia Saudita enciende una nueva polémica
Mientras tanto, Rusia continúa fuera del escenario futbolístico mundial debido al conflicto bélico con Ucrania. Desde 2022, tanto la FIFA como la UEFA mantienen su postura de excluir a los equipos rusos de todas sus competiciones, sin señales de una pronta reincorporación.
Con estos nuevos castigos, ya son tres las selecciones oficialmente excluidas del proceso clasificatorio rumbo al Mundial 2026, en medio de unas eliminatorias que avanzan y empiezan a definir qué equipos se disputarán la gloria en suelo norteamericano.
Arabia Saudita en duda para 2034
Por otro lado, de cara al Mundial 2034, Arabia Saudita comienza a generar tensión con su firme decisión de no flexibilizar sus normas respecto al consumo de alcohol. «Si quieres beber, puedes hacerlo cuando te vayas«, declaró Khalid bin Bandar Al Saud, embajador saudí en el Reino Unido, asegurando que la cultura local no se modificará pese a la presión de patrocinadores y organizadores.
Esta postura representa un gran desafío para la FIFA, dado que parte de su sustento financiero proviene de contratos millonarios con marcas de bebidas alcohólicas. El antecedente más cercano, Qatar 2022, permitió ciertas concesiones en los Fan Zones, pero esta vez las restricciones podrían ser absolutas, lo que anticipa una Copa del Mundo marcada por las tensiones culturales y comerciales.