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POLÍTICA

Ficha Limpia en suspenso: el Gobierno no arriesgará otra sesión en el Senado sin los votos confirmados

Luego del revés en la Corte, el oficialismo mide con precisión cada movimiento. El kirchnerismo ya adelantó su rechazo y la Casa Rosada no quiere sumar una segunda derrota.

Ficha Limpia

La Casa Rosada sigue de cerca la cuenta regresiva hacia la sesión prevista para este miércoles en el Senado. El tema en agenda es de alto voltaje: la Ley de Ficha Limpia, que busca impedir que personas condenadas por corrupción puedan postularse o asumir cargos públicos. Sin embargo, la convocatoria podría desactivarse si el oficialismo no consigue antes los 37 votos necesarios para su aprobación.

La jugada había sido agendada en las últimas horas del jueves, con la intención de capitalizar el impulso institucional de un proyecto con amplio respaldo social. Pero el recuento de voluntades políticas volvió a instalar dudas y obligó a La Libertad Avanza a considerar una posible postergación.

Una iniciativa trabada por el mismo sistema que busca limpiar

El proyecto ya fue aprobado en Diputados y cuenta con dictamen en el Senado, pero enfrenta la resistencia previsible: el bloque kirchnerista. Con 34 bancas alineadas, el peronismo duro se prepara para bloquear la ley que, en los hechos, dejaría fuera de carrera electoral a figuras como Cristina Kirchner, condenada en segunda instancia por corrupción.

La norma establece que no podrán ser candidatos ni ocupar cargos quienes tengan una sentencia confirmada por delitos contra la administración pública. Además de los casos de cohecho y malversación, incluye enriquecimiento ilícito, encubrimiento y negociaciones incompatibles.

El oficialismo cuenta con el respaldo de senadores libertarios, radicales y algunos federales. Sin embargo, aún no tiene el número asegurado. Un sector de los legisladores indecisos plantea reparos técnicos sobre el alcance de la ley. El temor no es nuevo: que una coma modificada devuelva el texto a Diputados y dilate aún más su sanción.

La sombra del fracaso en la Corte

La semana pasada, el Gobierno sufrió su primer golpe institucional en el Senado cuando los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla fueron rechazados por una alianza tácita entre kirchneristas y senadores cercanos a Mauricio Macri. La imagen de una Casa Rosada debilitada en el Congreso aún duele.

En este contexto, la cúpula del oficialismo no está dispuesta a correr otro riesgo. Si no hay garantía de aprobación, la sesión se levantará antes de que comience. «No vamos a arriesgar una derrota anunciada», reconoció un libertario con despacho en el Senado.

El contexto tampoco ayuda: el miércoles está previsto un paro de 48 horas impulsado por el sindicalismo, con movilizaciones que pueden alterar el normal desarrollo de la jornada legislativa. El malestar social y la presión callejera también son variables que pesan en la ecuación política.

Ficha Limpia: una deuda pendiente con la sociedad

El proyecto de Ficha Limpia no es nuevo. Lleva años de debate en el Congreso y es una de las principales demandas de los ciudadanos hacia la clase política. La posibilidad de bloquear el acceso a cargos públicos de quienes tienen condenas judiciales es vista por amplios sectores como un piso mínimo de integridad institucional.

La ley también impediría que los condenados en segunda instancia por corrupción sean nombrados en cargos del Ejecutivo, organismos descentralizados o empresas con participación estatal. Incluso regula su presencia en el cuerpo diplomático y en organismos de seguridad social.

En Diputados, se eliminó la cláusula conocida como “Petri”, que extendía la inhabilitación incluso con sentencias no firmes. El texto final plantea que la inelegibilidad se activa con condena ratificada por un tribunal superior, hasta la eventual revocación o el cumplimiento de la pena.

La resistencia de siempre

El kirchnerismo es el principal obstáculo para avanzar con esta norma. No solo por su impacto directo sobre la situación judicial de Cristina Kirchner, sino porque implicaría marcar una línea clara frente a los delitos de corrupción, algo que el peronismo duro nunca quiso transparentar.

De hecho, buena parte de los argumentos en contra repiten una idea ya instalada: que se trata de una «persecución política» o una «intromisión judicial en la política». El discurso de impunidad sigue operando desde hace años como escudo narrativo ante causas de corrupción que ya tienen condenas firmes.

En la Casa Rosada no hay margen para ceder. La Ley de Ficha Limpia es parte del núcleo simbólico del proyecto institucional de Javier Milei. Pero el aprendizaje del último traspié en el Senado se impone: no habrá exposición innecesaria si el tablero legislativo no garantiza un resultado favorable.