Faltan semanas para que arranque el nuevo Mundial de Clubes 2025, que se disputará en Estados Unidos bajo un formato ampliado con 32 equipos. Mientras la FIFA calienta motores en redes y entrevistas exclusivas, uno de los que alzó la voz fue Sergio Ramos, capitán de Rayados de Monterrey, quien no escondió su entusiasmo por medirse ante grandes equipos, especialmente River.
El defensor español, con una carrera repleta de títulos y momentos históricos, se mostró ilusionado con esta nueva competencia que promete partidos de alto voltaje. Al referirse al Grupo C, donde compartirá zona con el conjunto argentino, Inter de Milán y Urawa Red Diamonds, Ramos destacó la exigencia: “Estos torneos requieren máxima concentración. Cada error se paga carísimo”, sostuvo.
Aunque nunca se enfrentó a River, Ramos dejó en claro que jugar ante equipos con historia es una motivación especial. “Siempre sentí algo distinto al enfrentar a los mejores, y River es uno de ellos. Va a ser un duelo vibrante, con respeto, pero con mucha competitividad”, remarcó, dejando ver su respeto por el club de Núñez.
Compromiso absoluto y sed de protagonismo
Más allá del prestigio individual que implica medirse ante gigantes del fútbol, Ramos dejó en claro que su meta con Monterrey va más allá de disfrutar el certamen. “El compromiso no se negocia. Podemos ganar o perder, pero la actitud debe ser impecable. Queremos superar la fase de grupos y después, todo puede pasar”, explicó el exjugador del Real Madrid.
También remarcó que estas competencias muchas veces están marcadas por sorpresas, y que el rendimiento colectivo dependerá de varios factores, desde la preparación anímica hasta la salud del plantel. “Todo influye: cómo llegás, si tenés el equipo completo, y hasta el ánimo del vestuario. Hay que estar listos para todo”, analizó con experiencia.
Ramos no será el único que vivirá ese partido con una carga emocional especial. Martín Demichelis, actual entrenador del equipo mexicano, también se reencontrará con su pasado en River, club que lo formó desde joven. El destino los pondrá cara a cara en un cruce que tendrá tanto de fútbol como de memoria.