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SOCIEDAD

Breakfast wine: la tendencia que no deja de crear polémica

Suena extraño pensar en beber vino por la mañana, sin embargo se trata de una tendencia con muchos adeptos a lo largo del mundo.

Breakfast Wine

A pesar de que pueda sonar descabellado, e incluso peligroso, el Breakfast wine es una tendencia no muy distinta a la del conocido y ya afianzado en nuestro país Brunch. Como lo sugiere el nombre, esta práctica consiste en incluir una copa de vino en el desayuno. Sin embargo, como ocurre siempre en el mundo del vino, cada contexto particular demanda de ciertas precisiones. Al tratarse de un universo tan complejo, es preciso considerar el evento de que se trate, la comida con que se acompaña, la temporada y la temperatura, entre muchas otras cuestiones.

Champagne

Así por ejemplo, durante el verano es conveniente optar por algo ligero y refrescante que contribuya a comenzar el día fresco y despabilado. Esta es precisamente la razón por la que la se popularizó el festivo trago conocido como mimosa, que consta de una mezcla de jugo de naranja exprimido y Champagne. Se trata de una bebida lo suficientemente ligera como para no interferir con la comida; las burbujas y la alta acidez despejan el paladar, creando un refrescante toque matutino. Así, por ejemplo, los niños toman su típico jugo de naranja por la mañana y mamá una, mimosa.

Sin embargo, el Breakfast wine no tiene por qué limitarse necesariamente al Champagne o los vinos espumantes. De modo que veremos algunas otras buenas variedades de vino para considerar y comenzar de manera diferente un fin de semana o un día festivo.

Riesling

Ed Wyand, cofundador del conocido restaurant Verden, declaró que: «Los someliers inteligentes optan por vinos semisecos y los ofrecen a un precio más bajo, en comparación con, por ejemplo, una copa de Champagne, por lo que no parecen un placer tan culpable a primera hora de la mañana».

Así pues, los vinos Riesling suponen una buena alternativa. Se trata de un vino con aromas típicos a fruta verde, notas florales, cítricos y fruta de hueso. Se trata de un ejemplar muy versátil que cumple con todos los puntos que se mencionaron con anterioridad y ya se considera un vino ideal para el desayuno. Acidez alta, alcohol ligero y puede ser ligeramente dulce según la época de la cosecha. Al no tratarse de un vino almacenado en barrica, es muy fácil maridar con platos complejos tales como huevos, alcachofas, espárragos, puerros y quesos fuertes.

Muscadet

Este es otro ejemplo de vino con bajo contenido alcohólico y alta acidez, que tiende a ser seco. Suele ofrecer aromas a fruta verde y puede aportar un sabor salado a ostra marina. También se utilizan recipientes inertes de acero inoxidable para almacenar el vino, pero a veces se realiza una crianza sobre lías, que consiste en la crianza con levadura muerta que crea deliciosas notas de panificados tostados. Al igual que la pasta va con el queso, el Muscadet marida con las ostras.

Pero, ¿Qué sucede cuando no se está en cercanías del mar? ¿Con qué alimento puede maridarse? ¿Qué tal un strudel de manzana? O, para una guarnición salada y sabrosa, ¿Por qué no un bowl de panceta con huevos? El Muscadet, apodado «el melón de Borgoña» tiene muchos parientes que son considerablemente más dulces (Muscadelle, Muscat Blanc à Petits Grains, Moscato d’asti, solo por nombrar algunos), que pueden ir desde semisecos hasta dulces vinos de postre. Para estos ejemplos, una opción excelente para el desayuno son unos crepes con mermelada de durazno.

Una genealogía de las bebidas matutinas

La costumbre de beber temprano es más antigua de lo que se creería y no se limita solo al vino. En efecto, algunos de los primeros registros de una bebida espirituosa matutina datan del siglo XVI, cuando la cerveza resultaba más limpia que el agua. Posteriormente, en el siglo XVII, los monjes Paulaner convencieron al Papa para que aprobara una cerveza llamada DoppelBock (creada en el siglo XIV) para la Cuaresma.

La DoppelBock es una cerveza oscura, muy malteada y ligeramente lupulada, que sacia el hambre como el pan y, por esa razón, contribuía a sobrellevar el ayuno de Cuaresma. Los monjes que la crearon incluso la bautizaron como «Salvator», que literalmente significa «Salvador». Bebían esta bebida por la mañana como desayuno, lo que les daba la energía suficiente para continuar el día. Todavía existe una cultura cervecera muy arraigada en Alemania, ya que no es raro ver una lager acompañada de una salchicha y un pretzel por la mañana.

Vino espumante

De ese modo, en conclusión, no es estrictamente necesario esperar hasta el almuerzo para disfrutar de una copa. Solo es importante tener presente algunos consejos: elegir algo económico, semidulce, ligero y refrescante, con un poco de burbujas siempre viene bien y bajo en graduación alcohólica. Sea cual fuere la elección, es seguro de que se disfrutará de un auténtico desayuno de campeones.