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ECONOMÍA

Con el consumo frenado y la apertura de importaciones, las grandes marcas de ropa bajan precios y adelantan liquidaciones

Las principales firmas de indumentaria aplicaron una estrategia defensiva: redujeron precios, lanzaron promociones agresivas y adelantaron sus liquidaciones de temporada.

Marcas
El 75% de la ropa en shoppings fue importada. La industria textil nacional advierte por el impacto del modelo de Javier Milei en el sector.

Un informe reciente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) advirtió que entre enero y abril de este año las importaciones de ropa crecieron un 83% en dólares y un 121% en volumen, con precios promedio un 17% más bajos que en el mismo período del año pasado. Al mismo tiempo, las exportaciones se desplomaron un 18% en dólares y un 21% en unidades.

La contracción del consumo interno y la competencia con productos asiáticos más baratos obligó a las marcas nacionales a tomar decisiones drásticas. Entre las primeras en bajar sus precios de lista figuran Etiqueta Negra, Gola y Equus, que aplicaron rebajas de entre el 10% y el 40%.

El “efecto Milei” y el reacomodamiento de precios

Los empresarios explican que la decisión responde a la baja de aranceles decretada por el Gobierno. Federico Álvarez Castillo, dueño de Etiqueta Negra y Gola, sostuvo: «Bajamos nuestros precios en función a la reducción de aranceles a la importación. Nos adecuamos a la nueva normativa y se lo trasladamos al consumidor». Las alícuotas pasaron del 35% al 20% para indumentaria y calzado, y también se redujeron en tejidos e hilados.

En la misma línea, desde Equus aseguraron que el objetivo es acompañar al consumidor: «Estamos convencidos de que debemos estar a la altura del momento económico. Buscamos ofrecer calidad a precios accesibles», afirmaron los CEO Pedro y Martín Wolfsohn.

Promociones, cuotas y el dilema del stock

El impacto también se sintió en el resto de la industria. Marcas como Cheeky, Como Quieras y Awada, pertenecientes al grupo Altatex, confirmaron que trabajan desde principios de año en una política de reducción de precios. La estrategia incluye promociones activas, cambios en el mark-up y ajustes en los costos operativos. «El consumidor reacciona más con una promo que con un precio directo», reconocieron desde la empresa.

En Mimo y Grisino, las liquidaciones llegaron al 50% y se mantendrán durante los próximos meses. El grupo Mazalosa —dueño de Portsaid, System y Desiderata— aseguró que ya lleva dos temporadas trabajando con foco en el precio: «No salimos con descuentos ruidosos, preferimos sostener cuotas y fidelización», explicó Álvaro Pérez Esquivel.

Roly Tarrab, dueño de Tarco S.A. (Billabong y Element), eligió otro camino. Aseguró que sus precios están alineados a los valores internacionales y que no aplicaron rebajas: «Vamos a tener los mismos precios este verano que el anterior. Pero necesitamos una reforma laboral y tributaria para competir», remarcó.

“Mayo fue un cementerio de ventas”

Fuentes del sector fueron tajantes: «En mayo, el mercado murió. Las promociones y descuentos van a pulular en los próximos meses porque muchas marcas necesitan liquidez para encarar la próxima temporada. Algunos ya empezaron a bajar precios y se viene una tendencia más fuerte en esa dirección».

La liberalización también afectó a la producción. China concentró más del 57% de las prendas importadas en el primer cuatrimestre del año. El precio promedio de esas prendas fue de apenas USD 13 por unidad, presionando aún más a la industria local.

Mientras tanto, las exportaciones se desmoronaron. El valor promedio de una prenda nacional vendida al exterior fue de USD 32,3, el doble que la importada, lo que refleja la pérdida de competitividad.