Connect with us

Hola, qué estás buscando?

ECONOMÍA

Crece el desconcierto en la city: el Gobierno nacional insiste en que no necesita comprar dólares, pero no acumula reservas

Para alcanzar la meta de junio con el FMI se necesitan unos US$5.000 millones. El Banco Central lleva 12 ruedas sin comprar divisas.

dólar

La calma cambiaria que intenta transmitir el oficialismo empieza a chocar con la inquietud de los operadores financieros. Mientras el Gobierno asegura que no necesita comprar dólares para cumplir la meta de reservas comprometida con el FMI, el Banco Central acumula ya 12 jornadas sin intervenir en el mercado cambiario, y la duda crece en la city: ¿cómo planea alcanzar los US$5.000 millones que exige el organismo para junio?

Federico Furiase, director del BCRA y mano derecha de Luis Caputo, intentó despejar las dudas en un encuentro con inversores. Allí sostuvo que el nuevo esquema de bandas cambiarias está diseñado para mantener el dólar cerca del piso, y que el ingreso de capitales privados reforzará las reservas sin necesidad de operar activamente. La estrategia oficial se sostiene sobre un supuesto: que el flujo de dólares por inversiones y liquidación del agro alcanzará para cumplir sin alterar la paridad.

El Banco Central cerró abril con reservas brutas por US$38.960 millones. Según datos de Cohen, si se excluyen los desembolsos de organismos internacionales, el mes dejó un saldo positivo de US$1.079 millones, traccionado en parte por el crecimiento de los depósitos privados en dólares, que sumaron más de US$1.300 millones desde mediados de abril. Sin embargo, ese colchón no resuelve la incógnita principal: ¿cuándo comenzará la acumulación neta exigida por el Fondo?

Una meta exigente y sin señales claras

Con las reservas netas en torno a los US$5.300 millones —según la metodología del FMI—, el Gobierno necesita sumar cerca de US$5.000 millones adicionales para cumplir con la primera revisión del acuerdo en junio. Pero tanto desde el BCRA como desde el Ministerio de Economía repiten que solo intervendrán en el piso de la banda cambiaria, hoy fijado en $994. La decisión choca con el texto del propio acuerdo, que habilita intervenciones dentro del corredor cambiario, no solo en sus extremos.

Desde Romano Group advirtieron que, con el dólar oficial y los financieros ubicados por debajo del centro de la banda, el Ejecutivo tendría margen para intervenir. Sin embargo, la estrategia oficialista sigue atada al discurso de la disciplina extrema. “No hay intervención fuera del piso”, reiteran.

El problema, aseguran en la city, no es técnico, sino político. Si el Gobierno decide seguir atado al piso, incumplirá con el FMI o forzará un movimiento del tipo de cambio que lo acerque al límite inferior. Ambas opciones implican riesgos: uno frente al organismo internacional y otro frente al mercado.

Furiase y el plan oficial: confianza en el ingreso de capitales

Durante la presentación organizada por Adcap y DLA Piper, Furiase insistió en que el Gobierno ya cuenta con gran parte de los dólares necesarios para afrontar vencimientos clave, como los US$4.200 millones que se pagarán en julio a bonistas. Y sostuvo que en caso de no lograr financiamiento completo, el Tesoro podría acudir al Central a través del mecanismo que denominan «Punto Anker», que autoriza una compra dentro de la banda sin alterar el plan monetario.

Desde LCG estimaron que la liquidación de la cosecha gruesa y la baja temporal de retenciones permitirán engrosar las reservas en las próximas semanas. Pero advirtieron que si la intervención sigue restringida al piso, el cumplimiento de la meta será casi imposible. Según sus cálculos, para el 13 de junio el BCRA debería haber sumado al menos US$4.430 millones más.

La industria mira al dólar y pide señales

PPI, otra de las consultoras que sigue de cerca el flujo de divisas, explicó que el comportamiento del mercado en las últimas semanas permitió contener la demanda privada, gracias a una oferta mayor del agro. Pero el escenario es frágil. “Si el tipo de cambio no toca el piso, el BCRA no compra, y entonces la acumulación de reservas queda paralizada”, advirtieron.

En ese contexto, la renovación de la exención de retenciones a las exportaciones incrementales aparece como una carta clave. El beneficio —vigente desde abril y por vencer en los próximos días— permite exportar más de 137.000 autos sin pagar derechos. Si no se renueva, todos los envíos tributarán desde cero, y el ingreso de dólares se resentirá.

Según cálculos del sector, este año se podrían exportar hasta 350.000 unidades. Si no se renueva la exención, las terminales pagarían retenciones por 213.000 autos adicionales, lo que afectaría directamente la entrada de divisas. La industria ya comenzó a presionar por una resolución urgente.

¿Sólido o frágil?: el equilibrio del nuevo esquema

Mientras Caputo y Furiase defienden el nuevo marco cambiario como una señal de orden y previsibilidad, en la city empieza a haber consenso sobre una fragilidad estructural: sin acumulación sistemática de reservas, la sostenibilidad del modelo se reduce a una cuestión de fe en los flujos privados. Si esos dólares no llegan, o si el agro no liquida en tiempo y forma, el Gobierno deberá elegir entre incumplir con el Fondo o resignar su rigidez cambiaria.