La crisis en la salud pública se profundiza en la Argentina y golpea con fuerza a tres de las instituciones más reconocidas del país: el Hospital Garrahan, el Hospital Bonaparte de salud mental y el Hospital de Clínicas. La falta de presupuesto nacional, los sueldos congelados y los despidos masivos provocaron una fuerte reducción en la atención médica y una creciente ola de renuncias del personal de salud.
En el Garrahan, el conflicto se mantiene con paros semanales de residentes que podrían extenderse por tiempo indeterminado. «Ayer se hizo una asamblea, que fue bastante multitudinaria, y se decidió hacer un cese de actividades de todo el hospital el 29 de mayo. Va a ser un paro activo con presencia en el hospital y movilización al Ministerio de Salud», explicó Rita Fernández, pediatra e integrante de la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) a la agencia NA. Además, denunció que los sueldos de los médicos residentes están muy por debajo del promedio nacional: «Un médico de primer año gana alrededor de 700 mil pesos, muy diferente a lo que gana un residente en provincia».
Según Fernández, desde diciembre de 2023 hubo más de 200 renuncias en el hospital, mayormente de profesionales que emigraron al sector privado. «No se reponen los cargos vacantes y eso dificulta sostener la atención. Solo atendemos urgencias y casos graves», afirmó. Pese a las limitaciones, aseguró que la mayoría de las familias «comprende la situación y apoya al hospital».
En el Hospital Bonaparte, el panorama es igualmente alarmante. La Asamblea de Trabajadores denunció despidos masivos que dejaron al centro de salud mental con la mitad de su planta profesional. «El 15 de enero despidieron a 200 trabajadores de todas las disciplinas, lo que implica el 47% menos del personal. Eso dejó a cientos de niños sin tratamiento», advirtieron. También indicaron que las guardias funcionan sin psiquiatras y que el dispositivo de atención espontánea para niñeces fue directamente eliminado.
Además, el Ministerio de Salud suspendió la apertura de cupos para la Residencia Interdisciplinaria en Salud Mental (RISAM), lo que incumple la Ley Nacional de Salud Mental. «Seguimos resistiendo por la defensa de la ley, la reincorporación de los 200 trabajadores y la apertura de cupos. Nos solidarizamos con otros sectores también en lucha, especialmente con el Garrahan», expresaron desde la Asamblea.
El Hospital de Clínicas también está complicado junto al Garrahan y el Bonaparte
El Hospital de Clínicas también atraviesa una situación crítica. «La atención a pacientes sin cobertura está reducida y depende de la especialidad y los insumos. Muchos quedan sin turno o deben esperar al mes siguiente», informaron fuentes internas. Además, aseguraron que «se perdió un 40% de poder adquisitivo en el último año y medio» y que muchos profesionales migraron al sector privado.
Por último, desde el Clínicas señalaron que el hospital atraviesa los mismos problemas que los otros dos centros: pérdida salarial, falta de presupuesto y desincentivo en las residencias médicas. «La elección del Clínicas era por prestigio y sueldos equiparados a los de la Ciudad, pero eso ya no sucede. La semana pasada hubo un paro, pero no podemos frenar la atención por completo», concluyeron.
