Tras conocerse el triunfo de Manuel Adorni en las elecciones legislativas de CABA, el presidente de la Argentina, Javier Milei, publicó una imagen cargada de simbolismo político, en la quie aparece acompañado por su hermana Karina Milei y su principal asesor y estratega, Santiago Caputo. Junto a ellos, escribió: «EL TRIÁNGULO DE HIERRO…!!! VIVA LA LIBERTAD CARAJO…!!! Fin».
La imagen fue difundida poco después del cierre de los comicios, en un momento de euforia para el oficialismo, que logró posicionar a Adorni como figura central en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Pero más allá del festejo electoral, el posteo dejó en evidencia quiénes conforman el verdadero núcleo de poder dentro del gobierno libertario.
La mención al «triángulo de hierro» no es casual. En la jerga política del presidente, se trata del tridente que sostiene su liderazgo: Karina como la encargada del armado político y control del aparato y Caputo como cerebro comunicacional y de estrategia. Esta postal de unidad interna se interpreta como una respuesta directa a los cuestionamientos por las tensiones con algunos pseudoaliados y dirigentes del PRO.
En ese marco, el presidente parece consolidar su distancia con la vieja política y reafirmar su apuesta por un esquema de poder cerrado, verticalista y de máxima confianza. La presencia de Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, refuerza su rol como guardiana del proyecto. La figura de Caputo, quien no ocupa un cargo formal pero tiene influencia directa en todas las decisiones del gobierno, se consolida como un actor central del poder libertario.
Fuerte alcance mediático del mensaje de Milei hacia el interior de La Libertad Avanza y contra Mauricio Macri
El tuit de Milei, que superó las 970 mil visualizaciones en pocas horas, generó reacciones encontradas. Para sus seguidores, es una reafirmación de liderazgo; para sus críticos, una señal de aislamiento y personalismo. Sin embargo, nadie en el ecosistema político dudó del mensaje central: la conducción de La Libertad Avanza está en manos de tres personas que se ven a sí mismas como el corazón del cambio.
Con esta imagen, el presidente no solo celebró un resultado favorable: envió un mensaje a la oposición interna, a los socios ocasionales y a sus propios votantes. En el universo libertario, las decisiones se toman entre tres, y ese triángulo, como dejó claro en la imagen, no está dispuesto a ceder el control.
