El Día Nacional del Vino en Estados Unidos se celebra el 25 de mayo, comparte la víspera con el Memorial Day o Día de los Caídos, feriado nacional en el país del norte, que usualmente se celebra el último lunes de mayo, razón por la cual, al celebrarse el lunes 26 de mayo en 2025, comparte una fracción de la jornada.
Esta efeméride tomó cuerpo en los últimos años, aunque no lleve raíces ancestrales como la de San Vicente en Europa o el Beaujolais Nouveau en Beaujolais, en Borgoña, Francia. En efecto, a partir del año 2000 esta fiesta tiene notoriedad creciente, gracias a los amantes de la llamada cultura del “lifestyle” que se refiere a cómo cada uno construye su identidad en base a sus elecciones, tipo de vinos que eligen, alimentación, destinos para viajes, objetos que compran, en una larga lista de ítems.
La atención para esta fecha se concentra en California, donde se encuentra más del 80 % de la producción de Estados Unidos. En el porcentaje restante asoman tímidamente las cepas de Oregón, Nueva York, Washington y Virginia, que también sorprenden. Si nos remontamos a la historia del vino allí, no siempre gozó de prestigio. No fue sino en el llamado Juicio de París, donde tomó proyección internacional y ganó respeto.
En efecto, esa cata a ciegas hizo que todo cambiara para el vino estadounidense, haber generado mejores puntajes que los vinos franceses fue toda una proeza. No le fue nada mal, porque hoy es el cuarto productor mundial, siendo el primero en consumo total de vino, contando con un mercado exigente y variado.
Las redes sociales se hicieron eco con distintos hashtags, #WineLoversinUSA #NationalWineDay poblaron las redes sociales, en especial TikTok e Instagram, con influencers y sommeliers hablando del vino y sus bondades, comentando de marcas, con una guía para el consumidor exigente y para el que recién comienza este camino.
Google Trends no se queda atrás, y señala un pico de búsqueda de palabras como vino y maridajes, como acostumbra esta fecha que cada año cobra mayor importancia. Es importante destacar que las bodegas aprovechan esta fecha para lanzar promociones, productos pensados para convertirse en virales en redes sociales, el idioma actual. No basta mostrarse, basta explicar de qué se trata, demostrando que no es tendencia, es realidad.
Tecnología, innovación y nuevos “terroirs”
Un vino como producto final está respaldado en la actualidad por la tecnología. A partir de los años 80 del siglo pasado comenzó la incorporación de maquinaria que dieron un giro a la vitivinicultura mundial.
Cada bodega usa la tecnología de una u otra manera. Así Gamble Family Vineyards usan Inteligencia Artificial y drones para ubicar microparcelas, ajustar riegos y prevenir enfermedades criptogámicas. Como si de magia se tratara, hoy en día un algoritmo puede insinuar o sugerir cuál sería el mejor momento para cosechar.
En California, más precisamente en Napa Valley, la compañía Firstleaf desarrolló WinePrint, una herramienta que investiga las preferencias del consumidor a través de ADN gustativo e IA. Por este medio puede sugerir vinos de forma personalizada, alentando al consumidor a probar etiquetas o blends que, por sí solo y sin esta investigación, jamás hubiera probado.
Y si de marketing hablamos, llegamos a los envases, donde no solo está el envoltorio sino también están los dueños. Avaline, la marca de vino orgánico propiedad de la actriz Cameron Díaz llevó a la palestra el vino “clean”, vegano y sin aditivos, con una exposición de todos sus ingredientes.
El vino “Black Girl Magic”, de la bodega McBride Sisters, es otra muestra de que una buena historia puede potenciar una marca. En este caso se trata de dos hermanas que crecieron separadas, en California y Nueva Zelanda, y fundaron la primera bodega afroamericana de mujeres en Estados Unidos. Hoy son símbolo de inclusión, alentando a las mujeres a emprender sus propios proyectos.
Otro caso para destacar es el tempranillo de Texas que ganó el American Wine Awards como el mejor vino tinto, una especie de David en medio de los Goliats de California. En el otro lado, en la costa este, más precisamente en Nueva York, Finger Lakes tiene blancos interesantes de la cepa riesling y en Oregón destaca el pinot noir. Acá no hay paridad, los vinos resaltan por el suelo y el clima.
Una fecha para resaltar al vino de Estados Unidos
La efeméride es ocasión para lanzar nuevas etiquetas, algunas de ediciones limitadas, catas virtuales por Zoom o inscripciones en wines clubs con entrega personalizada. Una idea genial que surgió en la pandemia y se quedó para potenciar sus efectos, añadiendo nuevos capítulos a la historia del vino en Estados Unidos.
En definitiva, esta fecha es una excusa para resaltar el vino de Estados Unidos, potenciar sus estrategias de posicionamiento de etiquetas y lanzamiento de promesas que luego se convertirán en clásicos. No pasó mucho desde aquel desde aquel legendario Juicio de París, donde los ojos vitivinícolas del mundo se posaron por primera vez en Napa Valley. Hoy, sus vinos y el desarrollo vitivinícola alcanzado siguen sorprendiendo
