Con su estreno el pasado 30 de abril, «El Eternauta» marcó un nuevo hito en la producción audiovisual del país y puso a la icónica historia argentina en la cima del Top 10 global semanal de Netflix como serie de habla no inglesa. La ambiciosa adaptación de la obra magna de Héctor G. Oesterheld y Francisco Solano López se convirtió en un fenómeno cultural que alcanzó grandes mercados como Estados Unidos, Brasil, México, España, Francia, India, Alemania y hasta Japón, cosechando hasta el momento más de 10.8 millones de visualizaciones a nivel mundial. Este impacto no se vio solamente en lo cultural, ya que la producción de la serie inyectó más de 41 mil millones de pesos a la economía argentina.
Según un estudio realizado por Empiria Consultores y el equipo de Netflix, la producción de la primera temporada de El Eternauta tuvo un impacto positivo en el PBI argentino, aportando más de 41 mil millones de pesos, o 34 millones de dólares. El estudio realizado en abril de 2025 utilizó un modelo de insumo-producto y analizó cómo los gastos directos e indirectos de producción afectaron a la cadena de valor.

Este tipo de medición estima el efecto multiplicador de la inversión inicial y asegura que el proyecto no movilizó recursos solo para la producción audiovisual, sino que también afectó positivamente a sectores como transporte, hotelería, catering, servicios técnicos, logística y construcción escenográfica.
En total, del proyecto participaron 2.900 personas como parte del elenco, contando extras y dobles de acción; 400 personas más conformaron el equipo de producción; el rodaje se realizó en 50 locaciones en Buenos Aires; y contó con el trabajo de 25 artistas que trabajaron en los escenarios virtuales. Esto sin contar los gastos de transporte y catering que fueron necesarios para las 148 jornadas de rodaje, y la utilería, donde se destacan las más de 500 máscaras diseñadas para los personajes.
La producción invirtió fuertemente en la tecnología, especialmente en el plano visual. Distintas escenas utilizaron recreaciones digitales de la ciudad de Buenos Aires mediante fotogrametría y escaneo 3D, tecnología que combina el trabajo de drones y cámaras de alta definición. Esta infraestructura, además de mejorar la calidad de la serie, dejó capacidades instaladas para la industria audiovisual nacional y que potenciará las próximas producciones locales y coproducciones internacionales.