Preocupación, hostigamiento y violencia. Esas son las palabras que eligió Fernando Stanich, protesorero del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), para describir el clima que atraviesa el periodismo en la Argentina bajo la gestión de Javier Milei. En diálogo con Splendid AM 990, Stanich fue contundente: “La situación es intensa. Hay preocupación y cierta angustia”.
Las declaraciones llegan días después de la publicación del Informe Anual del Monitoreo de Libertad de Expresión 2024, un relevamiento que registró 179 agresiones a periodistas durante 2023, convirtiéndolo en el segundo peor año desde que FOPEA comenzó a sistematizar los ataques contra la prensa. Sólo fue superado por 2013.
Pero lo más alarmante, según Stanich, no es la cantidad, sino el origen de las agresiones. “Si uno agrupa la violencia estatal y paraestatal —como los trolls organizados—, el 80% proviene de esos sectores. Y de ese total, el 65% está vinculado directamente al presidente Milei”, detalló el dirigente.
El rol del mandatario libertario es señalado como el principal foco de tensión entre el poder político y el periodismo. “Con sus declaraciones y publicaciones, el presidente habilita una catarata de mensajes hostiles, con nombres y apellidos. Se construye un clima de hostigamiento constante que termina naturalizando la agresión”, denunció Stanich.
Según el protesorero de FOPEA, no se trata simplemente de una disputa con los medios: “Lo que está en juego es la libertad de expresión de toda la sociedad. El uso de querellas judiciales por parte del presidente tiene un objetivo claro: criminalizar la opinión, intimidar y aleccionar”.
En este contexto, Stanich destacó un cambio de actitud en algunos medios que hasta hace poco optaban por el silencio. “Vemos una defensa más clara del periodismo. Lo de La Nación desmintiendo al presidente por el caso Pagni fue un punto de inflexión. Entendieron que no es un tema corporativo, sino una amenaza a la democracia”.
También hubo un fuerte reclamo al mundo empresarial por su falta de reacción: “El periodismo necesita respaldo. No podemos ser solo FOPEA. Tiene que haber una convocatoria amplia, con acciones más concretas y visibles”.
En paralelo, FOPEA presentó una denuncia por hostigamiento digital en la justicia contravencional porteña. La organización también denunció la circulación de noticias falsas, supuestamente elaboradas por el propio foro. “Se inventaron diálogos, informes, y hasta encuestas. FOPEA no hace encuestas, pero esas mentiras fueron difundidas y amplificadas desde el entorno presidencial. Eso es muy grave”, señaló Stanich.
Finalmente, advirtió que la violencia digital no se queda en las redes. “Es imposible no vincular el clima que instala Milei con lo que le pasó a Roberto Navarro, o antes a María Eugenia Duffard y Pablo Grillo. La palabra oficial tiene consecuencias. Hay agresiones concretas que nacen de ahí”.
Con una justicia que “avanza más lento que la desinformación”, Stanich fue tajante: “El riesgo aumenta todos los días. Y hay que ponerle un freno ya”.