Durante su presentación en el Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, afirmó que los indicadores de alta frecuencia muestran una continuidad en la desaceleración de precios, que se había iniciado en abril y se refuerza en mayo.
Según el funcionario, el nuevo régimen de bandas cambiarias permitió una transición sin sobresaltos, desestimando los pronósticos más pesimistas. “Estamos viviendo algo impensado: una transición sin disrupciones. El levantamiento del cepo era un objetivo central desde el inicio del programa económico”, señaló.
La nueva etapa del programa económico
Werning afirmó que la economía opera hoy bajo un equilibrio macro que favorece la estabilidad de los precios relativos, sin alterar el control sobre las variables monetarias. En ese contexto, subrayó que las tasas de inflación implícitas en los bonos retrocedieron a niveles previos al cambio de régimen, lo que refleja una corrección de expectativas en los mercados.
En línea con esa visión, también defendió el régimen actual de bandas como una herramienta clave para enfrentar shocks externos y permitir la determinación eficiente de precios, basada en condiciones reales de oferta y demanda.
Un sistema monetario más restrictivo
En materia monetaria, el vicepresidente aseguró que el control de la cantidad de pesos en circulación es una prioridad, con una política que mantiene un sesgo contractivo. Explicó que el sistema actual se aleja del enfoque de metas de inflación y permite que las tasas se definan por oferta y demanda, lo cual incentiva decisiones empresariales más ajustadas a la dinámica real de los negocios.
En ese sentido, sostuvo que el modelo anterior —basado en indexación y expectativas inerciales— carecía de costos financieros reales, mientras que el actual premia a quienes forman precios de manera eficiente.
Inflación y expectativas: corrección a la baja
El informe del REM del mes de abril mostró una leve suba en las proyecciones de inflación, pero Werning insistió en que las encuestas mantienen una trayectoria descendente en el mediano plazo. Como ejemplo, destacó que la inflación esperada a 12 meses cayó de más de 88% en mayo de 2024 a 26% este mes, lo que considera un indicador de que “los fundamentos macroeconómicos están funcionando”.
Asimismo, apuntó a la baja reciente en los precios de la Ciudad de Buenos Aires, con un descenso del 3,2% en marzo a 2,5% en abril, y subrayó que esta dinámica “desmonta los temores que anticipaban un rebote tras la salida del cepo”.
Reformas bancarias y disciplina financiera
En cuanto al sistema financiero, Werning explicó que el Banco Central avanzó en la eliminación de subsidios a los saldos bancarios, lo que contribuyó a corregir distorsiones sin afectar el crédito. Además, se simplificó el sistema de encajes y se estandarizaron las tasas entre partidas similares.
Sobre la intervención cambiaria, aclaró que el BCRA solo comprará dólares si el tipo de cambio toca el piso de la banda, y que por ahora el mercado opera sin necesidad de asistencia. La política busca consolidar un marco de credibilidad en torno a los valores de referencia, sin interferir en el proceso de descubrimiento de precios.
Desafíos y próximos pasos
Werning reconoció que aún quedan desafíos técnicos, regulatorios y comunicacionales, pero afirmó que el directorio del BCRA está comprometido con la consolidación del régimen monetario y bancario, como parte de un esquema que —a su juicio— debe desembocar en una “competencia de monedas” que respalde la estabilización de largo plazo.
“Lo que buscamos es que este régimen contribuya a consolidar el proceso de desinflación y crecimiento, mientras se preserva el equilibrio externo”, concluyó.