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ECONOMÍA

El Gobierno nacional captó US$1.000 millones para reforzar las reservas, pero la tasa generó inquietud en el mercado

Economía colocó un bono en moneda extranjera con vencimiento a 5 años y participación externa. La tasa del 29,5% encendió señales de alerta entre analistas.

Deuda
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El Ministerio de Economía anunció la colocación de un bono en dólares por US$1.000 millones, a cinco años de plazo y con pago en pesos. Fue una jugada clave en su intento por reconstruir el vínculo con el crédito internacional, tras años de aislamiento financiero.

La emisión estuvo dirigida exclusivamente a inversores radicados fuera del país y fue presentada por el oficialismo como un hito en el proceso de reingreso voluntario al mercado global. “Es un primer paso importante, incluso bajo condiciones difíciles”, argumentaron en el entorno del ministro Luis Caputo. Sin embargo, en la plaza financiera no todo fue euforia: el rendimiento pactado, del 29,5% anual, encendió interrogantes.

Una tasa alta en medio de expectativas de baja inflación

Según el Palacio de Hacienda, el nivel de interés fue razonable como condición de entrada y responde a la necesidad de recuperar confianza después de años de inestabilidad. Los operadores, por el contrario, consideraron excesiva la tasa, sobre todo si se comparan con las proyecciones oficiales, que estiman una inflación muy inferior hacia 2026.

Además del rendimiento, otro punto que generó reparos fue la cláusula que permite rescatar el bono en 2027, justo antes de las elecciones presidenciales. Aunque no es una irregularidad, el detalle fue leído por analistas como un posible signo de precaución por parte del Tesoro.

Dólares frescos pero sin impacto en reservas

Los fondos obtenidos ya fueron aplicados a cubrir vencimientos inmediatos. En concreto, de los $8,5 billones que vencían esta semana, $1,5 billones fueron cubiertos con este ingreso de capital externo. Desde el punto de vista fiscal, fue una ayuda directa, pero no implicó una mejora significativa en el nivel de reservas del Banco Central.

En ese sentido, las reservas netas continúan en terreno negativo, y el Gobierno necesitaría más de US$5.000 millones adicionales para cumplir con las metas comprometidas ante el Fondo Monetario Internacional. Aún así, en el oficialismo confían en que obtendrán un nuevo waiver por parte del FMI, respaldados en el orden fiscal que vienen exhibiendo.

El dólar se movió y el mercado de futuros también

En paralelo, el dólar oficial subió 6% en la semana y cerró a $1.195, por encima incluso del dólar blue. El dato no pasó desapercibido y fue interpretado por el mercado como una señal de presión. Desde abril, cuando comenzó la llamada Fase 3 del programa económico —con banda cambiaria y relajamiento parcial del cepo—, se han comprado más de US$3.000 millones en bancos. A eso se suman compras por parte de varias provincias, entre ellas CABA, que adquirió US$330 millones.

También el mercado de dólar futuro reflejó el nerviosismo. El contrato a diciembre trepó a $1.349, lo que indica una expectativa de devaluación superior a la que el Gobierno pretendía mostrar. Aún se desconoce cuál fue el nivel de intervención oficial durante mayo, aunque en abril había destinado unos US$400 millones para contener esa variable.

Un escenario desafiante

En Economía admiten que los esfuerzos están enfocados en sostener la desaceleración de precios. Para eso, apuntan a evitar cualquier movimiento que pueda tensionar el mercado cambiario. La consigna es clara: no comprar divisas para fortalecer reservas si eso pone en riesgo el esquema de baja inflacionaria.

A falta de herramientas tradicionales, el Ejecutivo insiste en liberar dólares “del colchón”, con iniciativas que buscan impulsar el gasto de ahorros privados y fomentar el crédito en moneda extranjera.