Connect with us

Hola, qué estás buscando?

POLÍTICA

Gerardo Milman propone voto digital y por correo: ¿una solución o un parche frente a la baja participación?

Milman justificó su propuesta en los bajos niveles de participación registrados en las elecciones provinciales de este año. Pero quiere seguir imponiendo que el voto sea obligatorio y no optativo.

Gerardo Milman

Ante la creciente caída en la participación electoral, el diputado del PRO, Gerardo Milman, presentó un proyecto para incorporar el voto digital remoto y el sufragio por correo postal como alternativas al sistema presencial. La iniciativa busca modernizar el proceso electoral y «garantizar el derecho al voto», según expresó el legislador del PRO. Sin embargo, detrás de los argumentos técnicos, también aparece el apuro de muchos sectores políticos por frenar una tendencia que los inquieta: cada vez menos ciudadanos quieren ir a votar.

Milman justificó su propuesta en los bajos niveles de participación registrados en las elecciones provinciales de este año: «un 55,6% en Santa Fe, 64% en Jujuy, 62% en Salta, 52% en Chaco, 60% en San Luis y 53,3% en CABA». Para el diputado, este fenómeno revela una necesidad urgente de adaptar el sistema a las nuevas realidades. Lo curioso es que, en lugar de discutir si el voto debería seguir siendo obligatorio como ya lo hacen otras democracias, se buscan caminos alternativos para que la gente vote sin salir de su casa.

Los detalles de la propuesta de Milman

Según el texto del proyecto, el voto digital se aplicaría con sistemas de autenticación segura, encriptación, trazabilidad, acceso universal y sin posibilidad de vincular la identidad del votante con su voto. El modelo se inspira en países como Estonia, Alemania o Suiza, donde se implementaron sistemas similares. También se menciona el uso del voto por correo en electores residentes en el exterior, como antecedente exitoso en la Argentina.

Aunque la propuesta suena moderna, el trasfondo político es evidente. En lugar de debatir si el voto obligatorio sigue teniendo sentido, se intenta forzar una participación que ya no es voluntaria, sino mecánica. Nadie discute que haya más canales para votar, pero el problema de fondo es otro: el desinterés creciente por una política que parece cada vez más lejana de la vida cotidiana.

Milman asegura que estas modalidades «no reemplazarán el sufragio presencial», sino que lo complementarán. Según el legislador permitirán mayor accesibilidad para personas con movilidad reducida y evitarán prácticas como el robo o la rotura de boletas. «Vamos a tener una mayor participación ciudadana, dándole libertad al elector para ejercer su derecho a sufragar a través del proceso que crea más seguro», afirmó.

Lo que no dice el proyecto es cómo se recupera la confianza política de quienes ya no se sienten representados ni motivados por ningún candidato. Porque más allá de los avances tecnológicos, si las opciones no convencen, ningún sistema ni presencial, ni digital, ni por correo logrará que la gente vuelva a creer en la política.

Imagen
Imagen
Imagen