En medio de una creciente tensión política y con el plan económico en una etapa de consolidación, la economista Marina Dal Poggetto ofreció una lectura crítica pero matizada del rumbo que impulsa el ministro Luis Caputo. En una entrevista con Clarín, advirtió que el programa puede funcionar solo si el Gobierno logra un respaldo electoral fuerte y evita el uso político de los dólares provenientes del Fondo Monetario Internacional. Para ella, el plan «cierra con el regreso a los mercados», algo que aún está lejos de concretarse.
Desde su visión, el Gobierno relanzó su hoja de ruta económica con un nuevo esquema de flotación cambiaria, aunque aún no logró cumplir con la meta clave de acumular reservas. «Compraron 23 mil millones y no quedó casi nada porque se usó para pagar deuda, intervenir en la brecha y financiar el Bopreal», explicó. En ese sentido, subrayó que el equilibrio fiscal, si bien es una condición necesaria, no es suficiente. La Argentina necesita financiamiento externo y confianza sostenida para estabilizarse.
Un programa con pragmatismo, pero sin fundamentos suficientes
Dal Poggetto valoró la flexibilidad del presidente Javier Milei, al que definió como «más pragmático de lo que se esperaba». Mencionó que, a diferencia de lo prometido en campaña, no se dolarizó, no se cerró el Banco Central y no se levantó el cepo. Se aplicó, en cambio, un shock fiscal basado en la licuación y una nueva narrativa que muta según el momento político. Pero fue crítica con la forma en que el oficialismo responde a las objeciones: «El Gobierno usa una lógica tipo 1984: cambia la historia y ataca a quienes plantean dudas».
Consultada por el nivel de emisión, afirmó que ya no se emite para pagar sueldos o gasto corriente, pero sí para comprar dólares o enfrentar vencimientos de deuda. Y fue contundente sobre el uso de los dólares del FMI: «Le vamos a creer a Argentina si dentro de un año no los tocó».
Para acceder a crédito en condiciones normales, la economista sostuvo que es imprescindible mostrar capacidad de pago, lo cual está directamente vinculado a la acumulación de reservas. Además, indicó que el respaldo de Estados Unidos es clave, y que el reciente apoyo del secretario del Tesoro, Scott Bessent, podría facilitar los próximos desembolsos. Aun así, remarcó: «El mercado quiere ver que esto funcione para dar crédito, pero para que funcione se necesita ese crédito. Es el huevo y la gallina».
El ajuste ya fue: ahora el foco está en el dólar y las elecciones
En lo que respecta al presente económico, Dal Poggetto advirtió que el Gobierno volvió a priorizar el corto plazo. A pesar de haber logrado superávit primario, la deuda en pesos no está completamente refinanciada y eso genera presión. Además, destacó que la inflación de abril se ubicará en torno al 3%, pero el ritmo de desinflación será más lento hacia adelante debido al nuevo esquema de flotación.
Al referirse al dólar, cuestionó la pasividad oficial. «Dijeron que no van a comprar hasta que toque el piso de la banda, los $1.000, pero hay una meta explícita de reservas firmada con el Fondo», señaló. Para ella, se repite una lógica conocida: en los años electorales se busca anclar el dólar, mejorar ingresos reales y dinamizar la actividad.
Críticas del Gobierno y el riesgo del relato único
En otro tramo de la entrevista, la directora de Eco Go denunció los ataques recibidos por parte del oficialismo. «Me dijeron que fui kirchnerista, massista. Me llamaron Dalpifieto. Pero nosotros siempre fuimos intelectualmente honestos y por eso la gente sigue queriendo escucharnos», afirmó.
Según la economista, el verdadero desafío es romper con el péndulo argentino. «Chile mantuvo el modelo de Pinochet con la Concertación. Brasil y Uruguay hicieron transiciones sin romper contratos. Pero en Argentina se vive defaulteando y rompiendo reglas básicas», apuntó.
Para Dal Poggetto, el éxito del programa no dependerá solo de la narrativa oficial, sino de la capacidad real de consolidar un modelo creíble, con resultados tangibles y sostenibles. «Si Milei quiere dejar un legado, necesitará que algunas políticas públicas perduren. Y eso no se logra con polarización ni con agresiones permanentes», concluyó.