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POLÍTICA

La CGT bajo presión para recuperar poder: crecen las internas por un nuevo paro general contra Javier Milei

Referentes sindicales reclaman una medida de fuerza, pero la cúpula cegetista busca alternativas ante el límite salarial fijado por el Gobierno.

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Mientras la Casa Rosada se mantiene firme en su decisión de no homologar paritarias que superen el 1% mensual, en el corazón de la CGT se profundizan las tensiones. Aunque la conducción aún evita convocar a una reunión formal, distintos sectores internos presionan para avanzar con un nuevo paro general contra el Gobierno de Javier Milei, el cuarto desde que asumió en diciembre.

En la mesa chica cegetista prima, por ahora, una estrategia más moderada: se barajan medidas alternativas como acciones judiciales o negociaciones sectoriales. La preocupación de fondo es evitar el desgaste de la herramienta del paro, tras la reciente movilización del 10 de abril. No todos quieren repetir la jugada sin un motivo lo suficientemente convocante, y menos aún si no hay consenso pleno.

Para algunos dirigentes, el techo a las paritarias impuesto por el Gobierno no justifica una huelga nacional inmediata. Apuntan a acuerdos cortos, con cláusulas de revisión bimestral o mensual, como forma de sortear el esquema que impulsa la Secretaría de Trabajo y que busca alinear las negociaciones con la baja progresiva de la inflación.

El dato que puede encender la mecha

El miércoles próximo, el INDEC publicará el índice de inflación de abril, que algunas consultoras privadas estiman cercano al 3%. Si bien representaría una leve baja respecto al 3,7% de marzo, los gremios advierten que los salarios firmados con aumentos por debajo de ese nivel quedaron rápidamente desfasados.

El conflicto más visible por estas horas lo protagoniza el Sindicato de Comercio, que lidera Armando Cavalieri. El gremialista, tradicionalmente dialoguista, endureció su postura luego de que el ministro de Economía, Luis Caputo, objetara el aumento del 5,4% acordado para el trimestre abril-junio. Cavalieri pegó el faltazo a la reunión convocada por la Secretaría de Trabajo y ratificó el acuerdo, asegurando que se aplicará aunque no sea homologado.

La pulseada con Comercio como termómetro nacional

La reacción del histórico dirigente mercantil es seguida de cerca por toda la dirigencia sindical. Para muchos, se trata de un test político: si el Gobierno logra que se revise el acuerdo, consolidará su autoridad sobre las paritarias; si fracasa, marcará un límite a su política salarial. Desde el entorno de Cavalieri descartan retrocesos y aseguran que el aumento se pagará igual.

El Ejecutivo, por su parte, apuesta a contener la presión inflacionaria evitando que los salarios la reinyecten. “Establecer un ancla salarial es clave para consolidar la baja de precios”, repiten en Economía. Por eso, se preparan para una posible escalada de tensión gremial.

Docentes y alimentación también en pie de guerra

Otro frente abierto es el sector docente. La Unión Docentes Argentinos (UDA), conducida por Sergio Romero, y la CTERA, que lidera Sonia Alesso, exigen la inmediata convocatoria a la Paritaria Nacional Docente. Denuncian el congelamiento del salario mínimo del sector y la falta de diálogo por parte del Ejecutivo. En simultáneo, el gremio de la Alimentación también prepara medidas, con movilizaciones previstas para esta semana.

Un escenario que se inclina hacia el conflicto

Aunque la conducción de la CGT insiste en evitar una huelga nacional en lo inmediato, el margen de maniobra se reduce. “No se puede contener la inflación pisando las paritarias y los haberes jubilatorios”, advirtió Rodolfo Daer, líder del STIA y hermano del cotitular de la central obrera, Héctor Daer.

En este contexto, la señal que emita Cavalieri podría marcar el rumbo. Si cede, la CGT retendrá espacio para la negociación. Pero si se mantiene firme y el Gobierno lo ignora, el camino hacia el cuarto paro general contra Milei podría volverse inevitable.