Las apuestas y los juegos de azar constituyen, en la actualidad, una problemática social que trasciende clases sociales, credos, edades y géneros. En tal sentido, no son solo los docentes, los expertos en salud mental o la clase política quienes se debaten en torno a esta situación, sino que la Iglesia también se ha pronunciado en muchas ocasiones.

Recientemente, la Pastoral Social de Río Cuarto, cuyo representante es el sacerdote Edgard Cattana, se pronunció mediante un lapidario documento en contra de las apuestas. En tal documento, Cattana propone el bloqueo de sitios de apuestas en escuelas y un mayor rigor en las penas que contempla ya el Código Penal.
El documento en cuestión señala de manera contundente que “Promover este tipo de conductas sin un Estado que establezca expresas limitaciones socava la cultura del trabajo y del esfuerzo, además de crear condiciones para el crecimiento de las adicciones que afectan a nuestras familias. Los daños ocasionados están a la vista y necesitan de una amplia conciencia social y responsabilidad de los gobernantes para defender juntos la salud pública”.
Asimismo, continúa diciendo que “El negocio de unos pocos no se puede imponer por encima de la defensa de la salud de nuestras familias, por eso insistiremos en la propuesta que realizamos en el 2024 como aporte a la comunidad”.
El reclamo de 2024
Todavía durante la gestión del papa Francisco, la Iglesia elevó un pronunciamiento, exigiendo que se pongan en marcha campañas de prevención acerca del consumo problemático del juego y, asimismo, que se prohíba indefectiblemente la publicidad, tal como fue el caso del tabaco y de otras cuestiones que resultan un peligro potencial para la salud de las personas.

Los obispos de la comisión pidieron, asimismo y de manera expresa, mayores acciones en torno a las restricciones de acceso de menores a las plataformas que facilitan el ingreso a las apuestas y al juego online, a través de filtros e identificación mediante datos biométricos y, desde luego, el bloqueo de sitios de apuestas en todos los establecimientos educativos.