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SOCIEDAD

Los orígenes de la viticultura en Occidente: el rol del vino griego

Es muy significativo tener en consideración los orígenes de las prácticas que hoy nos resultan conocidas y hasta cotidianas, especialmente cuando encontramos que el tiempo no ha cambiado tanto las cosas.

Vino griego

La historia documentada del vino griego durante la Antigüedad inicia alrededor del siglo XV a. C., mientras que la viticultura parece haber existido ya en el Neolítico, hace 6500 años. La Antigua Grecia es también el lugar donde surgió la cultura vinícola moderna, ya que el consumo de vino dejó de ser un acto exclusivamente sagrado, como lo era cuando sacerdotes y gobernantes controlaban los viñedos. A principios de la Edad del Bronce, el cultivo de la vid estaba muy extendido en la Antigua Grecia, y para el auge de las civilizaciones minoica y micénica, el vino formaba parte de la vida cotidiana, tanto para consumo como para producción. Para entonces el vino griego constituía, en la sociedad, un negocio de gran importancia económica.

Existió una interacción sustancial entre las culturas micénica y minoica, basada principalmente en el comercio. Alrededor del año 1200 a. C., pueblos del norte de Grecia invadieron la zona meridional micénica, que era una monarquía. La guerra devastó las tierras micénicas, generando miles de familias de refugiados pobres que huyeron a ciudades fortificadas en busca de protección. Para consolidar su poder, los invasores concedieron más privilegios a la gente común, socavando así el poder de monarcas y aristócratas. De ese modo, las nuevas ciudades-estado democráticas se crearon lentamente con el tiempo, y la gente común dispuso de más libertades y oportunidades.

De ese modo, paulatinamente, la gente común comenzó a cultivar parcelas, siendo los viñedos y los olivares los más abundantes y lucrativos. Así, la gente podía poseer viñedos, cultivarlos, comerciar y beber su propio vino. Nació entonces una nueva clase de comerciantes, aunque pequeña. Al mismo tiempo, cada vez más personas en la Antigua Grecia comenzaron a beber vino por placer, en lugar de hacerlo como un ritual sagrado.

La colonización y expansión del vino

Las ciudades-estado griegas comenzaron entonces a establecer colonias por todo el Mediterráneo. Los colonos, ya expertos en el cultivo de la vid, trajeron consigo vides y pudieron mejorar el cultivo de los viñedos ya existentes. Hacia el oeste, Sicilia y el sur de Italia fueron las primeras colonias establecidas por los antiguos griegos. Los griegos incluso llamaban a la parte sur de la península itálica Oenotria («la tierra de las viñas»). Otros griegos se asentaron en Massalia (Marsella), en el sur de Francia, mientras que otros se desplazaron hacia el este hasta las costas del Mar Negro.

Las colonias significaron mayores oportunidades a los comerciantes de vino. Los aqueos pudieron introducir los vinos griegos hasta el oeste de Francia y el mar Negro, al este. Atenas era un mercado vinícola grande y lucrativo, ya que el clima de la región del Ática era ideal para el cultivo de la vid y la producción era considerable. El vino griego, y puntualmente el ático, se comercializaba en todas las tierras a lo largo del Mediterráneo oriental. Otras zonas famosas por el vino en la antigua Grecia eran las islas de Santorini y Tasos. Esto es especialmente cierto en Santorini, donde la riqueza del suelo volcánico producía uvas excepcionales. Los antiguos griegos eran conocidos por su exigencia con el origen de sus vinos.

Un indicador del lucrativo comercio del vino griego es un naufragio descubierto frente a la costa del sur de Francia que contenía casi diez mil ánforas con casi 300.000 litros de vino griego.

Los orígenes de la cultura del vino moderna

Junto con el vino, los griegos hubieron exportado su estilo de vida, incluyendo la viticultura, la elaboración de vino y su disfrute, a casi todos los puertos de la cuenca mediterránea. Así por ejemplo, Sócrates elogió el vino con la siguiente cita: “El vino humedece y templa el espíritu y aquieta las preocupaciones de la mente para que descansen. Reaviva nuestras alegrías y es aceite para la llama moribunda de la vida”.

Por su parte, Platón también elogió el fruto de la vid: “¿Qué es más apropiado que el uso festivo del vino, en primer lugar, para probar y, en segundo lugar, para educar el carácter de un hombre, si se toma con cuidado? ¿Qué hay más barato o más inocente?”. En tal sentido, la ubicuidad de la palabra “simposio” en la Antigua Grecia, que literalmente significa “beber con otros”, significaba que a los antiguos griegos les encantaba reunirse, comer, beber vino y conversar durante y después de la comida.

Comer, beber, debatir y, ocasionalmente, filosofar en estos simposios era un pasatiempo favorito de los antiguos griegos adinerados. Estas reuniones cordiales se han ilustrado en numerosos tipos de jarrones y esculturas griegas. Se pueden encontrar ejemplos de debates que tenían lugar en simposios en el Simposio de Platón y el Simposio de Jenofonte. Por lo general, los simposios eran organizados por hombres aristocráticos para sus pares. Se relajaban en sillones reclinables llamados klinai y bebían en copas de terracota o, dependiendo de la riqueza del anfitrión, en copas de bronce, plata o incluso oro.