Mientras avanza con su programa de estabilización, el Gobierno prepara una medida que podría modificar de raíz los patrones de consumo: permitir el uso de dólares no declarados sin penalidades ni topes. La iniciativa, impulsada por el ministro de Economía, Luis Caputo, apunta a incorporar al circuito económico los billetes que los argentinos guardan en sus casas, estimados en más de USD 200.000 millones según cifras del FMI.
El anuncio no se enviará al Congreso, sino que se formalizará por resoluciones conjuntas entre el Banco Central, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y el Ministerio de Economía. El objetivo es reactivar la actividad sin inyectar más pesos en una economía que, según el oficialismo, ya logró estabilizarse.
Dólares del colchón, consumo y sin controles
La medida permitirá que los ciudadanos puedan usar libremente esos dólares para adquirir bienes sin tener que justificar su origen ni enfrentar sanciones fiscales. Entre los rubros incluidos figuran la compra de electrodomésticos, vehículos o inmuebles. En el Gobierno afirman que se busca terminar con el temor a ser perseguido por la AFIP.
La decisión está alineada con el discurso de Javier Milei, quien sostiene que la economía “vuela” pero que necesita combustible para sostener el ritmo. Para el Presidente, ese “combustible” no deben ser pesos emitidos, sino los dólares que ya circulan fuera del sistema y no generan valor agregado.
Caputo sorprende, Milei empuja y el Congreso queda al margen
Según fuentes oficiales, Caputo aseguró que se tratará de una “sorpresa” y que será clave en la competencia de monedas que propone el Gobierno. Milei, entusiasmado con la idea, pidió ejecutarla cuanto antes. La iniciativa se complementa con el Bopreal y otras herramientas para reforzar reservas y cumplir compromisos en moneda extranjera.
Los equipos económicos sostienen que la dolarización informal del consumo podría oxigenar la actividad sin forzar una emisión monetaria, al tiempo que ayuda a consolidar la transición hacia un esquema bimonetario sin intervención legislativa.
El rol del “ministro de X” y una batalla cultural sin freno
En paralelo a este plan económico, el Gobierno intensifica su confrontación con los medios de comunicación. En el centro de esta estrategia aparece Daniel Parisini, alias “el Gordo Dan”, operador informal que se ganó un lugar privilegiado en la Casa Rosada. Aunque no ostenta ningún cargo oficial, actúa como vocero extraoficial de Milei y tiene fuerte influencia sobre las decisiones internas.
Parisini, que comanda el canal de streaming de Las Fuerzas del Cielo, ya ha forzado renuncias de funcionarios y mantiene una ofensiva constante contra periodistas desde su cuenta de X. En el entorno libertario lo definen como «la materialización del espíritu de La Libertad Avanza» y Milei lo consulta con frecuencia.
Macri bajo fuego y un frente abierto en Provincia
En los últimos días, los ataques se dirigieron incluso contra Mauricio Macri. El expresidente criticó los magros resultados del Gobierno en materia de transparencia y apuntó a Karina Milei. El dardo llegó al oído del jefe de Estado, quien enfrió cualquier posibilidad de reunirse con el líder del PRO en el corto plazo.
La tensión entre ambos partidos no impide que continúen las negociaciones para una eventual alianza electoral en Buenos Aires, aunque el vínculo se resquebraja. Mientras tanto, el peronismo también atraviesa turbulencias internas ante la indefinición de Cristina Kirchner y el desafío de Axel Kicillof.
Cristina y Kicillof, más lejos que nunca
La exvicepresidenta y el gobernador de Buenos Aires ya no se comunican ni siquiera por teléfono. Kicillof, respaldado por sectores de la CGT, se planta frente a La Cámpora y advierte que no se dejará imponer candidatos. Cristina, por su parte, coquetea con una candidatura legislativa, mientras los intendentes peronistas buscan a Sergio Massa como mediador.
«Estoy harto», habría dicho Kicillof a su entorno. La posibilidad de una ruptura preocupa a todo el frente peronista. La división podría condenarlos a una derrota contundente en el principal distrito electoral del país.