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POLÍTICA

Miguel Ángel Pichetto desnudó el juego del Gobierno: “Nunca quisieron que Ficha Limpia se apruebe, no es su agenda”

Miguel Ángel Pichetto, diputado nacional de Encuentro Federal, acusó al Gobierno de boicotear deliberadamente el proyecto.

Miguel Ángel Pichetto

La Ley de Ficha Limpia, que buscaba impedir que personas condenadas en segunda instancia por delitos de corrupción pudieran ser candidatas a cargos públicos, fue rechazada en el Senado por un voto de diferencia. Y tras el inesperado giro de los senadores misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, que cambiaron su voto en el recinto, las voces críticas no tardaron en aparecer. Uno de los más contundentes fue Miguel Ángel Pichetto, diputado nacional de Encuentro Federal, quien acusó al Gobierno de boicotear deliberadamente el proyecto.

En declaraciones a Radio 10, el exsenador peronista aseguró que el oficialismo nunca tuvo interés real en que la ley prosperara.

El Gobierno no quería que salga Ficha Limpia, es elemental. En primer lugar faltó la senadora Crexell, de Neuquén, que nadie la mencionó. Y los senadores de Misiones siempre acompañaron al Gobierno y esta vez no”.

Para Miguel Ángel Pichetto, el oficialismo tenía claros motivos para no apoyar la iniciativa, incluso aunque no lo expresara abiertamente.

Al Gobierno no le interesaba este tema, no es su agenda, sinceremos este debate. Esta fue una iniciativa de Silvia Lospennato y, con mucho esfuerzo, llegó al Senado y ocurrió lo que ocurrió”.

En ese sentido, también advirtió que el rechazo no solo responde a una cuestión jurídica, sino estrictamente política:

Sabemos que no había voluntad y tampoco le iban a regalar una bandera al PRO para hacer campaña”.

Aunque muchos opositores defienden la norma como un avance contra la impunidad, Miguel Ángel Pichetto advirtió sobre el carácter selectivo del proyecto:

Esta ley tenía una destinataria, pero mañana podía ser Milei o Macri. Querían alterar el principio de sentencia firme del debido proceso judicial”.

El rechazo a Ficha Limpia generó un terremoto político en el Congreso, desnudó internas entre libertarios y aliados circunstanciales, y volvió a encender el debate sobre los límites éticos y legales para quienes aspiran a cargos públicos.

Por ahora, la ley queda archivada. Pero la discusión, lejos de cerrarse, se metió de lleno en la campaña electoral.