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POLÍTICA

«Nada tiene que hacer el Estado»: el Gobierno nacional recorta funciones del SENASA en controles sanitarios

El SENASA ya no controlará la calidad ni la producción de las hortalizas que se exporten desde la Argentina al mundo.

SENASA

El Gobierno nacional dio otro paso en su política de desregulación al derogar una norma que regía desde 1935 y quitarle competencias clave al SENASA, el organismo encargado de fiscalizar productos agroalimentarios. A partir del decreto 318/25, publicado este lunes en el Boletín Oficial, el SENASA ya no tendrá injerencia en la calidad ni en los procesos productivos de las hortalizas destinadas a la exportación, limitando su tarea exclusivamente al control sanitario.

«Seguimos avanzando en la transformación más profunda de @SenasaAR en décadas», anunció el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, al celebrar la medida. Según el Gobierno, la norma derogada generaba restricciones que hoy resultan «anacrónicas» respecto de las formas en que actualmente se comercializan y exportan «las hortalizas en la República Argentina».

En los fundamentos del decreto, se argumenta que mantener «normas desactualizadas genera confusión en los sectores alcanzados por la regulación» y que eliminarlas permite una «operatoria más eficiente y acorde a las prácticas actuales». El texto remarca que la nueva política busca «garantizar una exportación libre de barreras regulatorias y acorde a los estándares de seguridad y salubridad exigidos por la normativa vigente».

Sturzenegger profundizó su visión en redes sociales, cuestionando el rol histórico del Estado en la regulación de la calidad: «Lo de la calidad es cosa de los militares me parece: la idea, por ejemplo, que un burócrata podía definir la calidad con la que había que producir, sobre todo en la exportación, donde se presumía el país se jugaba ‘el honor’ de la patria».

La dura crítica de Sturzenegger a las funciones del SENASA en productos nacionales de exportación

«El proceso productivo es tan absurdo como que la Secretaría de Industria le ordene a la industria automotriz usar tal o cual robot (o no usarlos), o que se ocupara de verificar el espesor de la chapa del techo de las fábricas. Fuera de broma, eso era lo que hacía el Senasa», ironizó el funcionario.

Para Sturzenegger, el único rol que debe conservar el Estado en este ámbito es el sanitario: «Para un gobierno libertario como el que propugna nuestro presidente Javier Milei tanto la calidad como el proceso productivo son dimensiones que valida y evalúa el mercado. Nada tiene que hacer el Estado metiéndose en eso».

«Seguiremos en los próximos meses con el resto de las actividades progresivamente y sin pausa. Literalmente dejamos de molestar al productor en las cosas que el productor debe resolver por sí mismo y concentramos la tarea en donde hay un valor útil de la supervisión estatal», concluyó Sturzenegger.