El diputado nacional Oscar Zago, representante del MID y ex titular del bloque oficialista en Diputados, lanzó duras críticas al presidente Javier Milei tras el gesto que tuvo este domingo durante el Tedeum en la Catedral Metropolitana. El jefe de Estado evitó saludar tanto a la vicepresidenta Victoria Villarruel como al jefe de Gobierno porteño Jorge Macri, una actitud que, según Zago, no solo refleja tensiones internas, sino que también espanta a los inversores internacionales.
“Está mal. Él es el jefe del Estado, no puede hacer estas cosas con figuras institucionales como la Vicepresidenta y el Jefe de Gobierno de la Ciudad”, afirmó el legislador en diálogo con Radio Splendid. Para Oscar Zago, el destrato público no es una anécdota menor: “El mundo nos está mirando. Si en un acto tan importante Milei hace eso, desde afuera lo ven con preocupación. ¿Quién va a querer invertir en un país con señales de inestabilidad política interna?”
Oscar Zago, quien fue una de las primeras espadas parlamentarias del oficialismo durante los primeros meses de gobierno, se mostró preocupado por el creciente aislamiento de Milei, incluso dentro de sus propias filas. “No es solo con adversarios, ahora es con los propios. Me parece grave que haya señales de fractura con la Vicepresidenta. La grieta no se cierra así, se agranda”, señaló.
El diputado también remarcó la necesidad de recuperar los gestos institucionales: “No se trata solo de pensar distinto. Nos podemos diferenciar, pero eso no justifica no saludarse. La vida es corta y los argentinos necesitan que trabajemos juntos para resolver sus problemas”.
Por otro lado, al ser consultado sobre las versiones que circulan en torno a un presunto Plan de Inteligencia Nacional para espiar opositores y periodistas, Oscar Zago fue tajante: “Lo desconozco, pero si es cierto, no está bien. A mí me pueden investigar todo lo que quieran, pero no me parece sano que se apunte a quienes simplemente no están de acuerdo”.
Con sus declaraciones, Oscar Zago no solo dejó al descubierto la tensión interna dentro del oficialismo, sino también las consecuencias que, según él, podrían derivarse de los gestos de confrontación de Javier Milei: pérdida de confianza internacional, falta de gobernabilidad y un mensaje contradictorio en momentos donde el país busca estabilidad.
¿Se viene una nueva fractura en el armado libertario? ¿Cuánto más puede tensarse el vínculo entre Milei y sus aliados más cercanos? En medio de las definiciones políticas que marcarán el futuro del país, las señales hacia adentro parecen tan importantes como las que se envían al exterior.