La avenida Rivadavia, en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires, fue cortada este jueves a la altura del Congreso por cientos de personas que se movilizaron para exigir la sanción de la Ley de Emergencia en Discapacidad. La protesta, que rompió el protocolo antipiqutes, fue encabezada por organizaciones sociales, ONGs, familias y trabajadores del sector, que denuncian recortes, demoras en pagos y la falta de acceso a tratamientos esenciales.
El reclamo se replicó en al menos once provincias del país, donde también se llevaron a cabo actos y cortes de calle en defensa de los derechos de las personas con discapacidad.
Entre las principales denuncias figuran la quita de Pensiones No Contributivas, la falta de cobertura de medicamentos y prestaciones básicas, y el incumplimiento del cupo laboral del 4% en el Estado. «Nos están dejando sin atención, sin ingresos y sin derechos», resumió una madre presente en la marcha que reclamó frente al Palacio Legislativo con un cartel que decía «Discapacidad en emergencia”.
Trabajadores del sector también se sumaron al reclamo con exigencias propias. Prestadores de servicios para personas con discapacidad advirtieron que los honorarios se encuentran congelados y que las condiciones laborales son insostenibles. «Nos deben meses de trabajo. Muchos centros están al borde del cierre», aseguró uno de los profesionales durante la jornada.
La Cámara de Diputados responde a los manifestantes con una ley de Discapacidad
En paralelo, la Cámara de Diputados se prepara para tratar en el recinto un proyecto de Ley de Emergencia en Discapacidad, que ya cuenta con al menos tres dictámenes de comisión. Las organizaciones exigen que se acelere el tratamiento y advierten que, de no haber respuestas, continuarán con las movilizaciones.
La jornada se dio en un contexto de creciente conflictividad social, con universidades públicas también en las calles por reclamos salariales y presupuestarios, y mientras el Gobierno intenta sostener su ajuste fiscal en medio de múltiples frentes abiertos. La protesta de este jueves dejó expuesta una deuda estructural que afecta a miles de familias y trabajadores.
«No queremos más promesas, necesitamos una ley urgente», fue una de las frases que más se repitió en los carteles. La movilización frente al Congreso concluyó pasadas las 14, pero las organizaciones dejaron en claro que, si no hay avances concretos, volverán a cortar la calle.
