Durante el primer cuatrimestre del año, las importaciones de carne registraron un crecimiento explosivo pero los precios en las carnicerias siguen sin bajar. Según datos oficiales, las compras de carne vacuna al exterior subieron un 2.089% interanual, al pasar de 225 a 4.926 toneladas. El ingreso mensual ronda las 1.200 toneladas, con una tendencia en alza. Aunque este volumen ya marca un récord, no hay señales de que eso se traduzca en una baja de precios para los consumidores.
La mayoría de la carne importada es congelada y se destina a la industria, principalmente para la elaboración de hamburguesas. Por eso, no impacta directamente en el precio que paga el consumidor en las carnicerías. “No hay una relación automática entre el aumento de importaciones y los valores en góndola”, señaló un analista del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA).
Más carne de cerdo y pollo llega del exterior
La carne vacuna no fue la única en mostrar un salto. Las importaciones de carne porcina también crecieron de forma acelerada. En los primeros cuatro meses del año, el volumen pasó de 3.603 a 18.945 toneladas, lo que representa un incremento del 425%. En el caso del pollo importado, el aumento fue del 341%, al pasar de 6.340 a 28.000 toneladas en el mismo período.
De acuerdo con los especialistas, el actual esquema económico, con un tipo de cambio atrasado, favorece las importaciones y desalienta las exportaciones. Esta situación genera condiciones más favorables para traer alimentos desde el exterior, a pesar de los costos logísticos y las restricciones locales.
El impacto en los precios aún no se siente
La estrategia del Gobierno de Javier Milei apunta a contener los precios internos mediante mayor oferta. Sin embargo, esta política todavía no se reflejó en los bolsillos. En los barrios, el precio de la carne continúa sin cambios significativos, y apenas se ven algunas promociones en grandes supermercados.
A esta situación se suma otro fenómeno: el aumento de la importación de frutas y hortalizas. Las compras de zanahorias crecieron 2.182% en lo que va de 2025, mientras que las de tomate treparon un 870%. En ambos casos, Brasil fue el principal proveedor.
Por ahora, la inflación en alimentos no encuentra freno. Mientras el ingreso de productos importados se multiplica, la demanda interna sigue retraída y los valores en los puntos de venta se mantienen sin grandes variaciones. La expectativa oficial es que, con el tiempo, la mayor oferta logre moderar los precios, pero los resultados aún no se ven reflejados en la mesa de los argentinos.
