El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este domingo aranceles del 100% a todas las películas producidas fuera del país. La medida, que busca blindar la industria cinematográfica nacional, fue comunicada a través de su red Truth Social y encendió alarmas en el sector del entretenimiento global. «Hollywood está siendo devastado», advirtió el mandatario, quien denunció que países competidores están ofreciendo subsidios e incentivos fiscales para atraer a cineastas estadounidenses.
Trump justificó la decisión señalando que la competencia internacional representa una «amenaza directa para la seguridad nacional». «La industria está muriendo muy rápidamente», agregó. Según su visión, los estímulos otorgados por otros países deslocalizan la producción y debilitan a los estudios locales. Hasta el momento, no está claro si el arancel se aplicará también a series, documentales o contenidos de plataformas como Netflix.
La reacción del mercado no tardó en llegar. Las acciones de los principales gigantes del entretenimiento registraron pérdidas antes de la apertura de Wall Street. Netflix cayó un 2,1%, Lions Gate un 6,8%, Imax un 1,8%, y AMC Entertainment un 2,08%. También retrocedieron Disney (0,05%) y Warner Bros. Discovery (0,7%), en un reflejo del temor ante posibles impactos negativos incluso para las compañías estadounidenses.
La decisión de Trump se enmarca en una escalada comercial con China, que a su vez redujo en abril la cantidad de películas estadounidenses autorizadas en sus salas. El mercado chino es el segundo más importante del mundo para la industria cinematográfica, por lo que la doble presión —menos acceso a China y más restricciones a la producción internacional— podría afectar seriamente los ingresos de los estudios norteamericanos.
La medida recibió duras críticas desde el mundo artístico. El actor norteamericano, Sean Penn, fue contundente: «Trump podría intentar destruir el mundo». Organizaciones de cine independiente también manifestaron su rechazo y advirtieron que el arancel «destruirá el sector independiente» al encarecer la entrada de producciones extranjeras que nutren la diversidad cultural del mercado estadounidense.
El anuncio se interpreta también como una jugada política en el marco de la campaña presidencial. Trump busca reforzar su imagen de defensor de la industria nacional con medidas de alto impacto simbólico. Sin embargo, expertos alertan que el arancel podría resultar contraproducente: limitaría la competencia, reduciría la variedad de contenidos disponibles para el público estadounidense y ahuyentaría alianzas internacionales clave.
Una industria clave que emplea a millones
La industria cinematográfica genera más de 2,3 millones de empleos y ventas por 279.000 millones de dólares, según la Motion Picture Association. La dependencia de coproducciones y mercados internacionales es creciente, por lo que la medida de Trump no solo sacude al cine global, sino también al corazón económico y cultural de Estados Unidos.
