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POLÍTICA

Tras la derrota en CABA, el PRO se debilita y cede protagonismo en las negociaciones con La Libertad Avanza

El espacio de Javier Milei tomó el control de la mesa política bonaerense. El acuerdo se encamina, pero el PRO llega con menos poder de fuego.

La Libertad Avanza

La derrota del PRO en las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires impactó de lleno en el tablero nacional. El golpe no fue solo electoral: también fue simbólico. El macrismo perdió su bastión histórico y, con él, buena parte de su capacidad de negociación dentro de la oposición. Hoy, el peso político lo tiene La Libertad Avanza y en la provincia de Buenos Aires ya se nota.

Lejos de encabezar, el PRO quedó obligado a replegarse. Mauricio Macri, consciente de este nuevo escenario, optó por retirarse de la primera línea de la discusión. Habilitó a sus dirigentes a negociar con el mileísmo y les dio libertad para avanzar en un frente común. “Cristian Ritondo tiene un mandato como presidente del partido en PBA para cerrar un acuerdo”, admitió el expresidente tras el revés en CABA.

Con el control en manos del mileísmo

Mientras Macri se corre, La Libertad Avanza toma el control. Javier Milei no oculta su euforia. “Tal vez Macri ya esté grande para entender algunas cosas”, lanzó el presidente, marcando el tono con el que encara las negociaciones. En su entorno aseguran que ahora las condiciones las pone el oficialismo nacional, y que el armado bonaerense deberá estar a la altura de su despliegue territorial.

En este nuevo equilibrio, los libertarios tienen el sartén por el mango. Saben que el PRO necesita la alianza más que ellos. Los votos que antes garantizaba el macrismo ya no están, y la estructura partidaria por sí sola no alcanza. “No podemos seguir enfrentándonos si queremos ganarle al kirchnerismo”, reconocen los dirigentes de ambos espacios.

Las dos líneas internas del PRO

La discusión interna dentro del PRO bonaerense expone diferencias. Cristian Ritondo apuesta a un acuerdo formal con listas compartidas. Diego Santilli, en cambio, propone una adhesión más flexible, sin estructura común, similar al modelo de 2013 entre Macri y Massa.

Ambos coinciden en el objetivo: unirse para desalojar al kirchnerismo del poder en la Provincia. La diferencia está en los términos de la alianza. Mientras Ritondo busca preservar cierto control, Santilli admite que el liderazgo ya es de Milei.

En paralelo, figuras como Guillermo Montenegro también se muestran alineadas con la idea de un frente común. El objetivo es claro: sumar músculo territorial, ordenar las listas y maximizar la potencia electoral en cada sección.

El avance libertario en los territorios

Las reuniones con Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja, operadores de confianza del oficialismo, se aceleran. El armado de las listas para las elecciones provinciales del 7 de septiembre es clave. También lo es la nacional, prevista para el 6 de octubre. En ambos casos, el mileísmo no planea ceder la conducción.

El PRO llega golpeado, pero no resignado. Busca asegurar lugares competitivos, sobre todo en los distritos donde conserva estructura. Sin embargo, saben que esta vez no encabezan. “No hay margen para ir separados, pero tampoco podemos pedir condiciones”, admitió un intendente amarillo que ya dialoga con ambos sectores.

Un frente anti-kirchnerista que empieza a tomar forma

En Coronel Pringles, el sábado pasado, se reunió el Grupo Sur: intendentes del PRO, UCR, Coalición Cívica, MID y partidos vecinales debatieron sobre la necesidad de una gran coalición opositora. La consigna fue una sola: unir fuerzas para derrotar al kirchnerismo en la Provincia.

El resultado en CABA cambió el eje. El liderazgo opositor se trasladó a La Libertad Avanza, pero la posibilidad de construir un frente competitivo sigue vigente. Para que eso ocurra, el PRO deberá asumir un nuevo rol, adaptarse a la coyuntura y entender que, si quiere permanecer en el juego, ya no podrá jugar solo.