La inflación de mayo marcó un nuevo hito en la economía argentina: según estimaciones privadas, el Índice de Precios al Consumidor se habría ubicado por debajo del 2% mensual, con los alimentos como protagonistas de una desaceleración inédita en los últimos años. Para muchas consultoras, esta moderación representa un punto de inflexión que anticipa una nueva etapa de estabilidad.
La consultora LCG registró un incremento semanal de apenas 0,2% en la cuarta semana de mayo, y una suba mensual acumulada de solo 0,1% en “Alimentos y Bebidas”. Entre los productos con baja más marcada se destacaron las verduras (-6,8%), las comidas listas (-1,3%), las carnes (-0,6%) y los productos lácteos (-0,2%).
El freno fue tan claro que incluso los aumentos puntuales —como el 5,2% en bebidas e infusiones— no lograron alterar el promedio mensual del rubro, que se mantuvo plano o en descenso, según cada relevamiento.
La tendencia también se reflejó en otras mediciones
Econviews, otra firma reconocida del sector, informó que en el Gran Buenos Aires los alimentos subieron 0,9% en la última semana del mes, aunque el acumulado mensual fue de apenas 0,5%. Según el informe, el único segmento que presentó subas relevantes fue el de frutas y verduras, con una variación promedio del 4,8%.
Por su parte, Equilibra midió un 1,5% de aumento en “alimentos y bebidas no alcohólicas” y solo 0,8% en bebidas alcohólicas y tabaco, lo que ayudó a contener la inflación general, que se ubicó en el 2%.
Impacto positivo en la inflación general
El relevamiento de C&T Asesores Económicos para el GBA calculó una inflación mensual de 1,8%, con una suba de 0,4% en alimentos. En su informe, se destacó que las mejores condiciones climáticas —con menos lluvias— mejoraron la logística de distribución, permitiendo que muchos precios se mantuvieran estables o bajaran.
La Fundación Libertad y Progreso también proyectó una inflación del 1,8% para mayo, la más baja desde 2017 si se excluyen los meses alterados por la pandemia. Aunque no desglosaron por rubros, sí señalaron el rol clave del freno en alimentos en este nuevo escenario.
Qué dicen los analistas sobre el cambio de tendencia
Desde Eco Go, se estimó una inflación de mayo en torno al 2%. La consultora remarcó que, pese a subas como el aumento del 7% en el transporte o el ajuste en combustibles, el principal factor que contuvo el índice fue la baja inflación en alimentos.
Los analistas coinciden en que esta tendencia podría consolidarse si se mantiene la estabilidad cambiaria, el orden fiscal y se evitan shocks externos. La baja inflación en alimentos no solo mejora los indicadores macroeconómicos, sino que tiene un impacto directo en el bolsillo, en la percepción social y en las expectativas para el resto del año.
