En una revelación que sacudió al planeta fútbol, Cristiano Ronaldo confesó haber recibido una propuesta concreta desde la Argentina para disputar el Mundial de Clubes. La declaración, emitida este sábado, desató una ola de especulaciones sobre su posible destino, aunque pronto se confirmó lo que pocos imaginaban: el llamado partió desde el corazón de Núñez.
El protagonista detrás de esta osada propuesta fue Marcelo Gallardo, quien, lejos de los rumores infundados, tomó el teléfono y se comunicó directamente con el astro portugués. Sin intermediarios ni protocolos, el “Muñeco” intentó algo que pocos se atreverían: seducir a uno de los mejores futbolistas de la historia para que vista la camiseta de River en la próxima edición del Mundial de Clubes 2025.
La respuesta de Cristiano: respeto, pero sin compromiso
El intento fue directo, sin rodeos ni promesas vacías. Gallardo le ofreció ser parte del equipo millonario para el torneo internacional, en lo que fue una verdadera apuesta a todo o nada. La contestación de CR7 fue tan elegante como firme: “He tenido invitaciones desde Argentina para jugar el Mundial de Clubes”, declaró, dejando entrever que la oferta fue real. A pesar de no aceptar, tampoco cerró por completo la puerta a una experiencia en el país.
La frase, que al principio pareció ambigua, rápidamente cobró sentido con la información que circuló después: no se trataba de Boca, como muchos pensaron, sino de River, y el ofrecimiento no fue una gestión institucional, sino una movida personal del propio Gallardo. El impacto fue inmediato, y el mundo del fútbol no tardó en reaccionar ante semejante posibilidad.
Un vínculo forjado en Arabia
El intento de Gallardo no surgió de la nada. Su breve paso por el fútbol árabe, a comienzos de 2023, le permitió compartir momentos únicos con Ronaldo. En aquel recordado amistoso entre el Riyadh Season Team y el PSG de Lionel Messi, el técnico argentino dirigió a CR7, quien incluso llevó la cinta de capitán durante ese encuentro.
Aquellos entrenamientos, las charlas fuera del campo y el abrazo emotivo al momento de la sustitución sembraron una semilla de respeto mutuo. Un año más tarde, el “Muñeco” decidió jugarse una carta imposible apelando a esa conexión personal. Esta vez, el sueño quedó trunco, pero el gesto fue real.
El día que Gallardo sembró la duda con una sonrisa
Tiempo atrás, tras un empate ante Universitario, un periodista le preguntó con humor si alguna vez soñaba con tener a Ronaldo en su equipo. “No hago nombres”, respondió Gallardo entre risas. En su momento, la respuesta pareció una broma, pero hoy adquiere un nuevo sentido. Quizás ese día el DT ya había hecho el llamado, o estaba por hacerlo. El misterio permanece.
Aunque Cristiano Ronaldo no jugará con la banda roja en el pecho, la historia deja un eco potente: River se animó a soñar con lo imposible. Y Gallardo, fiel a su estilo, lo intentó en silencio, con la convicción de siempre.