Este domingo, la provincia de Formosa será escenario de una elección crucial: además de renovar la mitad de su Legislatura unicameral, los ciudadanos votarán a 30 convencionales constituyentes en un contexto cargado de tensión política. La convocatoria fue impulsada por el gobernador Gildo Insfrán luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación declarara inconstitucional la reelección indefinida, medida que lo afecta directamente tras casi 30 años en el poder.
Desde la oposición denuncian que el oficialismo busca mediante esta reforma constitucional eludir el fallo judicial, perpetuar su hegemonía política y, además, avanzar sobre la libertad de expresión en redes sociales, único canal de crítica que aún escapa al control del Ejecutivo provincial.
Reforma exprés y sin transparencia
“Antes del fallo de la Corte, la reforma no estaba en la agenda del gobernador”, advirtieron los candidatos del Frente Amplio Formoseño. El reclamo central gira en torno a la falta de claridad en los objetivos de la reforma. Según explican, Insfrán no presentó un listado detallado de los cambios constitucionales que pretende impulsar, lo cual despierta sospechas entre los sectores que buscan limitar el poder del peronismo en la provincia.
Una de las modificaciones más controvertidas sería la inclusión de artículos para regular los derechos digitales. La diputada Gabriela Neme alertó que la intención es constitucionalizar controles sobre redes sociales para silenciar voces disidentes: “Las redes son lo único que Insfrán no puede controlar. Por eso nos quiere callar”.
La oposición enfrenta con estrategia dividida la ley de lemas
En Formosa continúa vigente la ley de lemas, sistema que permite que múltiples listas compitan dentro de una misma agrupación y sumen sus votos. Es por eso que el Frente Amplio Formoseño participa con tres listas internas, en tanto que La Libertad Avanza se presenta con dos. El Movimiento Libres del Sur también compite, aunque sin chances reales. El oficialismo peronista, en cambio, va con lista única, apostando a concentrar su base electoral.
Pese a la aparente dispersión opositora, sus referentes aseguran que se trata de una estrategia para sortear el sistema: “Todos los votos suman. Al final vamos a estar unidos”, señaló Neme, quien confía en alcanzar una “elección histórica” y obtener al menos 16 convencionales.
Violencia, aprietes y amenazas en la campaña
La campaña electoral en Formosa estuvo marcada por episodios de violencia política y ataques a referentes opositores. El senador Francisco Paoltroni, de Libertad, Trabajo y Progreso, fue agredido por el intendente peronista Mario Brignole en la localidad de El Colorado, en una escena digna del pasado feudal argentino. A caballo y con rebenque en mano, Brignole increpó al legislador mientras éste intentaba repartir copias del fallo de la Corte Suprema.
Pero el hecho más grave fue la agresión a la diputada Agostina Villaggi, de la UCR, quien atacada en pleno barrio Lote 111, en la capital provincial, mientras organizaba una comida con vecinos. La dirigente relató que fue golpeada, tirada al barro y atacada a piedrazos por una patota vinculada a Marcelo Sosa, concejal oficialista que busca renovar su banca. “Nos agredieron brutalmente. Me tiraron al piso, me pegaron, me metieron el dedo en el ojo”, denunció Villaggi a través de sus redes sociales.
Compra de votos y clientelismo explícito
Como si la violencia física no bastara, también se difundieron videos en los que se muestra a funcionarios del oficialismo explicando mecanismos de compra de votos. En uno de ellos, el intendente Brignole asegura que la entrega de alimentos depende de que los votantes presenten el comprobante del sufragio. “Es una bolsa por voto. Vamos a pedirles el troquel para darles la comida”, se lo escucha decir en una grabación que generó indignación en todo el país.
La utilización de recursos públicos como herramienta de coerción electoral no es nueva en Formosa, pero este tipo de pruebas reafirman la denuncia constante de la oposición sobre el uso sistemático del clientelismo como método de dominación.
Una oportunidad para romper un ciclo de poder eterno
Desde 1995, Insfrán ha gobernado sin interrupciones, convertido en símbolo de los excesos del poder provincial kirchnerista. Aunque el fallo de la Corte puso un límite a su permanencia indefinida, el mandatario ahora busca reconfigurar el tablero con una reforma que le permita esquivar la prohibición.
La elección de este domingo representa una encrucijada. Para la oposición, es una “bisagra histórica” que puede frenar una nueva avanzada autoritaria. Para el oficialismo, un intento desesperado por mantenerse a flote en medio del creciente rechazo ciudadano a los abusos de poder, el estancamiento institucional y las prácticas clientelares. Formosa vota, pero el país observa.
