Mientras varios países de América Latina manifestaron preocupación por la ofensiva militar de Estados Unidos contra instalaciones nucleares de Irán, el Gobierno de Javier Milei optó por respaldar abiertamente la acción encabezada por Donald Trump.
El respaldo más contundente vino del ministro de Defensa, Luis Petri, quien celebró públicamente el bombardeo. «Garantizar la paz en el mundo es luchar, siempre y en todo lugar, contra el terrorismo y sus armas nucleares. ¡Mañana el mundo despertará más libre y en paz! Fuimos víctimas del terror de Irán y lo pagamos con sangre de inocentes. ¡Gracias Presidente Milei. Estamos en el lado correcto de la Historia. Del lado de la Justicia!», publicó Petri en su cuenta de X.
El mensaje fue rápidamente replicado por el propio Milei, que lo retuiteó desde su cuenta oficial, dejando en claro su alineamiento total con la decisión del gobierno estadounidense. La reacción se produjo horas después de que Trump confirmara los ataques sobre las instalaciones de Fordo, Natanz e Isfahan, en respuesta al supuesto avance del programa nuclear iraní.
La postura argentina contrasta con la de países vecinos como Brasil y Chile. Mientras el presidente Gabriel Boric condenó el ataque por considerarlo una violación al derecho internacional, y Lula Da Silva llamó a la «desescalada urgente del conflicto», desde Buenos Aires se enfatizó el carácter «justo» de la intervención militar.
La justificación del Gobierno de Milei para defender a Israel
El argumento del Gobierno nacional se apoya en el historial de atentados sufridos por Argentina, especialmente el ataque a la AMIA en 1994, por el que la Justicia local señaló la participación de funcionarios iraníes. “El recuerdo de nuestros muertos nos obliga a no ser neutrales ante el terrorismo”, repiten en el entorno presidencial.
En este contexto, el país queda nuevamente posicionado como uno de los principales aliados regionales de Washington, incluso cuando la operación militar estadounidense es cuestionada en foros internacionales. La decisión de respaldarla sin matices refleja la doctrina diplomática del actual Gobierno, que privilegia las alianzas geopolíticas con potencias occidentales frente a los posicionamientos más moderados del resto de América Latina.
