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POLÍTICA

El Gobierno nacional fusionó el INPRES y el SEGEMAR y trasladó el INA: «Menos estructuras, más control», aseguró Sturzenegger

La medida busca simplificar la gestión del Estado, evitar superposiciones y reducir costos en áreas técnicas vinculadas a riesgos naturales e infraestructura.

Sturzenegger

El Gobierno oficializó esta semana la fusión del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) y el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), dos organismos con competencias similares en el estudio del subsuelo y la prevención de desastres. La medida, plasmada en el Decreto 396/2025, apunta a concentrar funciones técnicas y reducir gastos administrativos, bajo una lógica de racionalización del aparato estatal. El anuncio fue celebrado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.

La decisión, que se suma a la reorganización del Instituto Nacional del Agua (INA), responde al objetivo de concentrar capacidades operativas, alinear estructuras y eliminar duplicidades que, según el Ejecutivo, habían generado un funcionamiento redundante y costoso.

Una sola estructura para lo técnico y lo geológico

El SEGEMAR dependía de la Secretaría de Minería, mientras que el INPRES estaba bajo la órbita de Obras Públicas. Ambos compartían tareas vinculadas a riesgos sísmicos, geología aplicada y soporte técnico para políticas territoriales. Desde el Gobierno sostienen que no había sentido en mantener dos estructuras separadas para funciones que ya se solapaban.

«Había un doble gasto, con equipos técnicos paralelos y presupuestos duplicados», explicaron fuentes oficiales. La nueva entidad permitirá una coordinación más directa entre los equipos y una mejor respuesta ante emergencias naturales, como sismos o movimientos de tierra en zonas de riesgo.

El INA, dentro del Ministerio de Economía

En paralelo, se formalizó el traspaso del Instituto Nacional del Agua a la Secretaría de Obras Públicas, que depende del Ministerio de Economía. El INA funcionará como una unidad técnica especializada dentro de esa cartera, con el objetivo de alinear su trabajo con los planes de infraestructura hídrica.

La decisión busca acortar los circuitos burocráticos y garantizar que el conocimiento científico se traduzca rápidamente en obras concretas. Desde el Ejecutivo aseguran que esto facilitará la planificación de represas, canales, redes de agua potable y sistemas de saneamiento, sin perder capacidad técnica.

Eficiencia como principio rector

La reorganización de estos organismos forma parte de una estrategia más amplia del Gobierno para achicar el gasto del Estado sin debilitar su capacidad operativa. La idea, explican en Casa Rosada, no es eliminar funciones sino eliminar estructuras innecesarias.

“Cada peso del presupuesto tiene que ser defendido”, repiten en el entorno del presidente Javier Milei. En esa lógica, la fusión de organismos con tareas similares permite reasignar recursos, reducir costos y mejorar la coordinación.

Desde el Ministerio de Economía explicaron que la prioridad está en el resultado: más precisión técnica, menos burocracia, y un Estado que funcione como una sola máquina, no como una suma de compartimentos estancos.