Anabel Fernández Sagasti, senadora nacional y referente del kirchnerismo, fue clara al explicar los motivos del encuentro entre un grupo de legisladores y Cristina Kirchner: no sólo se trata de una cuestión de agenda parlamentaria, sino también de un respaldo político frente a la posible condena que la Corte Suprema podría confirmar en los próximos días en la causa Vialidad.
“Venimos por temas de agenda. En el Senado tenemos que avanzar con la moratoria previsional, con la emergencia en discapacidad, hay muchas leyes que queremos tratar y todavía no están conformadas las comisiones. Vamos a tratar de darle respuesta a todo lo que está pasando en Argentina”, explicó Sagasti ante los medios antes del encuentro con la exmandataria.
Sin embargo, al ser consultada por la causa judicial que podría dejar a Cristina inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos y con una condena de seis años de prisión domiciliaria, la senadora mendocina no dudó en calificar el proceso como irregular: “Doy por descontada la causa de Cristina. La causa Vialidad es por una licitación de la Dirección Provincial de Vialidad de Santa Cruz. No hay ningún otro condenado: ni el ministro de esa época, ni los jefes de Gabinete, ni ningún funcionario provincial. Es rarísimo. En cualquier país del mundo sería un escándalo”.
Fernández Sagasti también reveló que dentro del espacio ya contemplan distintas alternativas electorales, pero insistió en que Cristina debe tener el derecho a competir: “Por supuesto hay plan B, plan C, pero queremos que todos puedan competir. Que la gente decida en las urnas si quiere o no que Cristina la represente en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires”.
Además, recordó que la causa ya había sido desestimada años atrás, y apuntó contra lo que considera una reactivación forzada del expediente: “Estamos denunciando que es una causa que el juez Ercolini cerró. La mandó a Santa Cruz y se declaró que no había delito. En 2016, esa misma causa fue reabierta”.
El kirchnerismo se mantiene en alerta frente a lo que considera una avanzada judicial que busca proscribir a su principal figura política. Mientras tanto, Cristina continúa reuniéndose con aliados, consolidando el respaldo interno y, según indican sus cercanos, sin renunciar a su rol central en la política nacional.