Un nuevo sondeo de la consultora Datafolha expuso el profundo malestar social que atraviesa Brasil: la mayoría de la población manifestó sentir vergüenza no solo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, sino también del Congreso y de la Corte Suprema. La encuesta llega en un momento delicado para el mandatario, cuya popularidad se encuentra en los niveles más bajos desde el inicio de su tercer mandato.
Según los datos difundidos este sábado, un 56% de los brasileños dice avergonzarse del actual jefe de Estado, mientras apenas un 40% siente orgullo por su figura. Más atrás aparecen los senadores y diputados nacionales, con niveles de desaprobación que rozan el 60%. La Corte Suprema, por su parte, también recibe duras críticas: un 58% de los encuestados aseguró sentirse avergonzado de sus integrantes.
Caída sostenida de la imagen presidencial
El líder del Partido de los Trabajadores viene enfrentando un retroceso sostenido en su imagen pública. Aunque todavía no confirmó oficialmente su candidatura, Lula ha deslizado en diversas entrevistas que podría postularse nuevamente en las elecciones presidenciales de 2026. Sin embargo, el descontento expresado en esta última encuesta plantea interrogantes sobre su viabilidad política futura.
En contraste con las altas tasas de desaprobación de los tres poderes federales, figuras locales como los intendentes y gobernadores muestran una imagen más positiva. Un 62% de los encuestados dice sentirse orgulloso de sus alcaldes, mientras que un 52% valora la gestión de sus gobernadores.
El Congreso, una institución históricamente desacreditada
Los datos sobre el Parlamento no sorprendieron a los analistas. Tanto senadores como diputados nacionales han sido, históricamente, los blancos predilectos de la crítica ciudadana. En esta ocasión, el 59% manifestó vergüenza por la actuación de los senadores y el 58% por la de los diputados, con apenas un 27% y 28% respectivamente que declara sentirse orgulloso.
Este desprestigio se agrava en contextos de escándalos o reformas impopulares. En los últimos años, el Congreso brasileño ha estado marcado por debates ásperos y decisiones polémicas, lo que parece haber consolidado su mala imagen.
La Corte Suprema en la mira por fallos sensibles
El Tribunal Supremo tampoco escapó a la crítica pública. El 58% de los ciudadanos asegura sentirse avergonzado de sus miembros, una cifra que sube al 82% entre quienes apoyan al ex presidente Jair Bolsonaro. Solo un 30% del total de encuestados expresa orgullo por los magistrados.
Entre los factores que explican esta percepción se encuentran las decisiones vinculadas a temas polémicos como la legalización parcial del aborto, la despenalización de la marihuana y el reconocimiento de derechos a las parejas del mismo sexo. A esto se suma su rol clave en los juicios por corrupción, como la operación Lava Jato, que en su momento llevó a Lula a prisión antes de ser absuelto.
Bolsonaro, Lula y una justicia en disputa
En la actualidad, la Corte Suprema investiga al ex presidente Bolsonaro por un presunto intento de golpe de Estado para evitar la asunción de Lula. La causa generó un nuevo frente de batalla entre oficialismo y oposición, y polarizó aún más la opinión pública.
Mientras tanto, los seguidores del actual mandatario mantienen una visión más favorable del máximo tribunal: solo el 36% de los votantes de Lula dice sentir vergüenza de la Corte, frente al 52% que declara estar orgulloso de su accionar. La grieta brasileña, lejos de cerrarse, parece profundizarse cada vez más.
