El perito informático Diego Lagomarsino, procesado en la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman, reapareció públicamente con fuertes declaraciones sobre el período en el que fue obligado a usar tobillera electrónica. “Personalmente me destruyó”, confesó en una entrevista con Radio Splendid, donde calificó la experiencia como “una tortura”.
Lagomarsino estuvo bajo vigilancia electrónica desde 2017 hasta 2020, como parte del proceso judicial que lo tiene imputado por haberle entregado el arma al fiscal Nisman, quien fue hallado muerto en su departamento de Puerto Madero en enero de 2015. “Soy completamente inocente de lo que se me acusa, y usar la tobillera era un karma constante frente a mis amigos, mi familia, mis hijos”, relató.
El tema volvió al centro del debate luego de que el Tribunal Oral Federal 2 le concediera prisión domiciliaria a Cristina Kirchner, junto con la colocación de un dispositivo de monitoreo similar. Sobre esa decisión, Lagomarsino opinó que “en el caso de personas relevantes, su propio nombre es la tobillera”, y agregó: “Cristina sale a la puerta y la conoce todo el mundo. En mi caso, la tobillera más grande era mi familia. Yo no iba a dejarlos”.
En otro tramo de la entrevista, el excolaborador de la fiscalía criticó duramente la investigación: “Se basaron únicamente en la pericia de Gendarmería para decir que Nisman fue asesinado, y en base a eso me procesaron”. Desde entonces, aseguró que cargó con una condena social: “Si uno fuera un violador, un asesino, bueno… pero yo soy totalmente inocente”.
Sobre el funcionamiento del dispositivo, detalló que se le permitía moverse dentro de un rango de 100 kilómetros, pero aun así sufría molestias físicas y psicológicas: “Es más una tortura mental que física, pero es molesta. El movimiento constante contra la piel incomoda, y si la apretás mucho, puede cortar la circulación”.