Este martes se desarrollará una cumbre clave entre gobernadores en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI), en medio de un creciente malestar por el ajuste fiscal, el desplome de la coparticipación y el freno a la obra pública, especialmente en infraestructura vial. El encuentro, convocado por el titular del CFI, Ignacio Lamothe, reunirá a representantes de las 23 provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con distintas presencias confirmadas tanto de forma presencial como virtual.
La reunión se titula “Nuevas fuentes de financiamiento para el desarrollo de una infraestructura federal”, aunque, puertas adentro, se espera que el verdadero eje sea el fuerte deterioro de las finanzas provinciales. Según datos recientes, la caída de la coparticipación en mayo superó el 26% interanual, lo que dejó a varios distritos al borde del colapso presupuestario.
Aunque los gobernadores provienen de distintos espacios políticos, en la Casa Rosada leen esta movida con suspicacia: en un año electoral, toda acción que implique una muestra de unidad federal puede tener impacto político. Más aún, cuando el propio Gobierno nacional intenta reactivar el Pacto de Mayo, firmado por 18 mandatarios pero sin avances concretos hasta ahora.
El descontento es generalizado, informó TN. Algunos distritos recurrieron a la Justicia para reclamar fondos adeudados por la Nación. Entre los casos más resonantes, se destaca el del gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, quien denunció al Ejecutivo nacional por el deterioro de las rutas nacionales en su provincia. En paralelo, otros mandatarios presionan por una solución al congelamiento de transferencias discrecionales y la deuda con las cajas previsionales.
Además, el Ejecutivo busca respaldo para una iniciativa que genera controversia: permitir el uso de los llamados “dólares del colchón” sin exigir justificación sobre su origen. Aunque el proyecto apunta a blanquear capitales en el país, varios gobernadores esperan conocer la letra chica antes de tomar posición. Las dudas se acumulan y las señales políticas parecen contradictorias.
A medida que avanza el calendario electoral, la pulseada entre las provincias y el Gobierno de Javier Milei se profundiza. El encuentro en el CFI podría marcar un punto de inflexión en la relación entre la Nación y las provincias, con gobernadores cada vez más incómodos frente a un ajuste que sienten ajeno, pero que golpea directamente sobre sus territorios. La tensión está servida, y todo indica que la unidad federal, aunque frágil, se vuelve más visible cuando el bolsillo aprieta.