La leyenda del tenis británico Andy Murray se retiró oficialmente en agosto de 2024, pero sus reflexiones siguen marcando la agenda del deporte. En una entrevista con GQ, el escocés no solo habló de su salida del circuito, sino que profundizó en la forma en que vivió su carrera a la sombra del histórico Big-3, integrado por Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic. Lejos de la amargura, lo hizo con su característico humor británico y una madurez que emocionó a más de uno.
La comparación eterna y el orgullo silencioso
Durante la charla, Murray fue claro: “Siempre fui el más uno”, dijo al referirse a su lugar junto a las tres leyendas del tenis. Y aunque reconoce que los logros de ellos fueron más grandes, también celebra haber estado en esa élite. “Desde los 22 hasta los 29 años, estuve en casi todos los grandes eventos con ellos”, rememoró. Su rol fue tan relevante que por años se habló del “Big-4” en lugar del tradicional trío.
Una de las frases más impactantes fue sobre su consagración en Wimbledon 2013, torneo que ganó venciendo a Djokovic: “Para superar la línea en Wimbledon tuve que vencer al mejor jugador masculino de todos los tiempos. Me siento orgulloso de haberlo conseguido”, señaló el escocés, que supo ocupar el número 1 del ranking mundial antes de su dura lesión de cadera en 2017.
Lo que no se vio de su retiro y sus cuentas pendientes
Murray también habló con crudeza sobre lo que sintió al colgar la raqueta: “Esperaba que fuera difícil dejar el tenis, pero hasta ahora ha sido todo lo contrario”, confesó. Y aunque extraña los torneos sobre césped como Wimbledon o Queen’s, asegura no sentir nostalgia. Sin embargo, sí lamenta no haber disfrutado más ciertos momentos clave: “Me arrepiento de no haber pasado más tiempo con mi gente después de la final de Wimbledon 2012”, reveló.
Con tres Grand Slams, dos medallas olímpicas, una Copa Davis y 14 Masters 1000, Murray aseguró que superó los sueños que tenía de niño. “Solo quería estar entre los cien mejores y jugar profesionalmente”, dijo. Incluso su debut como entrenador lo encontró motivado y con nuevas inquietudes.
Su experiencia como coach de Djokovic
En una inesperada etapa post-retiro, Murray se sumó al equipo de Novak Djokovic como entrenador. Aunque breve, la experiencia le dejó muchas lecciones. Según contó, tuvo que coordinar entrenamientos, manejar un equipo multicultural y adaptarse a la personalidad del serbio: “Tenés que entender qué lo motiva, cómo hablarle, qué transmitirle”, explicó. Aunque fue un trabajo exigente, lo vivió con entusiasmo.
Hoy, con 38 años, Murray mantiene su sello distintivo: frontal, lúcido y con una mirada que escapa del exitismo. Puede que haya estado un escalón debajo del Big-3, pero en la historia del tenis, Andy Murray siempre será único.