El Gobierno de Estados Unidos se desligó de la operación «Nación de Leones» que llevó a cabo Israel, que consistió en un masivo ataque con aviones a las principales instalaciones nucleares de Irán. Recientemente, miembros del Gabinete de Donald Trump habían dialogado con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y le transmitieron su inconformidad con un posible ataque de este tipo.
A través de un comunicado oficial, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, aseguró que los ataques fueron ordenados «de forma unilateral» por el Gobierno de Benjamin Netanyahu. «No estamos involucrados en los ataques contra el territorio de Irán. Ahora, nuestra principal prioridad es proteger a las fuerzas estadounidenses en la región«, afirmó.
El documento luego aclaró: «Israel nos advirtió que consideraron que esta acción era necesaria para su autodefensa. Asimismo, Rubio destacó que Trump «tomó todas las medidas necesarias para proteger a las fuerzas y mantener contacto estrecho con sus socios regionales». En la misma línea, el funcionario norteamericano lanzó una contundente advertencia a Irán: «Quiero ser claro: Irán no debe atacar intereses o personal estadounidense«.
Esta comunicación se da en medio de una nueva escala en el conflicto de Medio Oriente, que ahora enfrentó a Israel con Irán por el potencial nuclear de este último. Según fuentes israelíes, el programa nuclear de Irán había enriquecido con uranio al país y le había otorgado la posibilidad de fabricar aproximadamente 15 cabezas nucleares. Debido a esto, Israel realizó un «ataque preventivo» a las principales instalaciones nucleares y a objetivos militares estratégicos.
El ataque se realizó la madrugada del viernes 13 de junio con aviones en la capital, Teherán. «Las armas de destrucción masiva en manos de un régimen cuyo objetivo declarado es destruir al Estado de Israel representan una amenaza existencial para nosotros y un peligro potencial para el mundo entero«, afirmaron autoridades del ejercito de Israel.