El Inter de Milán decidió dar un giro total en su proyecto futbolístico tras una temporada cargada de frustraciones. Pese a haber peleado hasta el final en todas las competencias, el equipo de Lautaro Martínez cerró el año sin títulos: perdió la Serie A en la última jornada, se despidió en semifinales de la Coppa Italia y cayó en la final de la Champions League. El balance obligó a tomar decisiones, y la más fuerte fue la salida de Simone Inzaghi.
El técnico italiano no tardó en encontrar nuevo destino: aceptó la propuesta del Al-Hilal y estará al frente del equipo saudí en el Mundial de Clubes que comienza en apenas ocho días. Mientras tanto, el Inter ya definió quién ocupará su lugar en el banco: Cristian Chivu, exfutbolista del club y figura clave en la histórica era de José Mourinho.
Un regreso que apela a la identidad del club
La apuesta por Chivu tiene un fuerte componente emocional y simbólico. El entrenador rumano fue parte del mítico triplete que el Inter logró en 2010 y ahora vivirá su primera gran experiencia como técnico principal en el club donde brilló. Estuvo siete años como jugador, desde su llegada en 2007 proveniente del Ajax, hasta su retiro en 2014, y desde entonces ha hecho toda su formación como DT dentro de la estructura nerazzurra.
Desde 2019 dirigió en las divisiones juveniles del Inter, pasando por las categorías Sub-17, Sub-18 y Sub-19, antes de dar el salto al profesionalismo en 2025, cuando fue contratado por el Parma. Su breve paso por el club parmesano dejó un saldo de 3 triunfos, 3 derrotas y 7 empates en 13 partidos.
Debut directo en un escenario mundial
Sin demasiado margen para adaptarse, Chivu asumirá su nuevo rol en una competencia de máxima exigencia: el Mundial de Clubes en Estados Unidos. El Inter compartirá grupo con tres equipos: el Monterrey de México, el Urawa Red Diamonds de Japón y el River argentino. El debut será nada menos que ante los aztecas, lo que marcará el inicio de una serie de partidos que pondrán a prueba la capacidad del flamante DT.
Aunque su falta de experiencia en la élite genera dudas, desde el club confían en su sentido de pertenencia y conocimiento profundo del Inter. En un contexto de urgencias y tiempo limitado, la dirigencia apostó por alguien de la casa.
Una prueba de fuego para el nuevo ciclo
Pocos entrenadores tienen la oportunidad de comenzar su carrera internacional al mando de un gigante europeo y con una competencia global como primer examen. “Es una oportunidad enorme, sé lo que este club significa y estoy listo para el desafío”, habría dicho Chivu en su primer contacto con la dirigencia.
El futuro del Inter, al menos en este tramo inicial, estará en manos de un ídolo que ahora buscará hacer historia desde el banco.