El Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso esta semana una nueva serie de medidas que afectan de lleno al funcionamiento de las billeteras virtuales y los fondos comunes de inversión, dos instrumentos clave para la intermediación financiera de millones de argentinos. El paquete forma parte del esquema de normalización del sistema monetario impulsado por el Gobierno de Javier Milei y busca reducir distorsiones, eliminar privilegios heredados y equilibrar el costo del dinero en el mercado local.
El anuncio se oficializó el lunes 9 de junio y su principal eje consiste en un ajuste progresivo sobre los encajes exigidos a los fondos comunes de inversión, que hasta ahora mantenían una ventaja regulatoria frente a los depósitos tradicionales. Con esta decisión, el BCRA busca equiparar el tratamiento entre bancos, empresas y fondos, eliminando un canal de rentabilidad fácil que beneficiaba desproporcionadamente a las apps financieras y sus usuarios.
Apps y fondos bajo presión: impacto directo en el bolsillo
La modificación incide de forma directa en los servicios que ofrecen las billeteras digitales como Mercado Pago, Ualá, Brubank y otras, que hasta ahora ofrecían rentabilidad diaria sin necesidad de inmovilizar grandes volúmenes de capital. En adelante, esas plataformas deberán mantener un mayor porcentaje de sus fondos inmovilizados, lo que reducirá la rentabilidad que pueden ofrecer a los usuarios. En términos simples: menos tasa, menos ganancia.
El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, explicó que el sistema anterior incentivaba la volatilidad y perjudicaba la estabilidad financiera. “Los fondos comunes tenían un encaje menor al del resto de los sectores, lo que distorsionaba la competencia y agregaba riesgos innecesarios”, sostuvo. Según detalló, esa diferencia facilitaba que las apps ofrecieran tasas más altas a sus clientes gracias a una intermediación poco transparente.
Un cambio estructural: menor rentabilidad, mayor previsibilidad
En la práctica, los fondos money market (FCI) —motor de las billeteras virtuales— se beneficiaban de un esquema que permitía trasladar ganancias generadas por tasas preferenciales. Esa dinámica, además de generar una competencia desigual con la banca tradicional, dificultaba la planificación de los bancos que recibían depósitos inestables. “Esto generaba un costo oculto que terminaba pagando el usuario final a través de tasas más altas en los créditos”, indicaron desde la autoridad monetaria.
El nuevo régimen impone reglas comunes a todos los actores. Federico Furiase, director del BCRA, afirmó que se trata de una medida técnica con un impacto real: “Apunta a bajar el costo financiero de la economía”, dijo. En esa línea, se espera que los recursos se orienten hacia opciones más estables y productivas, en lugar de permanecer en vehículos de rentabilidad inmediata y sin riesgo.
Reacción del sistema financiero y escenario para el ahorrista
Desde el sector financiero reconocen que el ajuste de encajes presionará a la baja las tasas ofrecidas por las apps. Bancos privados admiten que será difícil seguir pagando altos rendimientos a fondos que ya no tendrán el mismo margen operativo. La rentabilidad promedio de las cuentas remuneradas podría alinearse más con la tasa Badlar, lo que supone una reducción notable en comparación con el retorno que los usuarios venían obteniendo.
Actualmente, plataformas como Cocos Pay, Naranja X, Ualá y Mercado Pago ofrecen rendimientos de entre el 25% y el 33% anual, con topes variables según monto y ubicación. La mayoría de esos porcentajes se verán afectados en las próximas semanas, a medida que se implementen los nuevos encajes.
Se termina el privilegio: una reforma necesaria
Desde el Gobierno destacan que la medida apunta a corregir distorsiones acumuladas durante los últimos años, donde las billeteras digitales fueron utilizadas como atajos financieros bajo un régimen desparejo. “No se trata de castigar al usuario, sino de construir un sistema más justo y equilibrado”, explicaron fuentes del equipo económico. El mensaje es claro: la era de tasas artificiales y rendimientos fáciles empieza a quedar atrás.
El paquete anunciado también incluye acciones complementarias como la recompra de puts del Tesoro, el canje de letras fiscales y la licitación de nuevos títulos. Pero para el usuario cotidiano, el cambio más tangible será el ajuste en la rentabilidad de las apps que prometían liquidez inmediata y tasas elevadas.
El proceso, que será gradual, aún no tiene fecha de entrada en vigor definitiva, pero ya generó una respuesta en el mercado: menor atractivo para las cuentas remuneradas y una posible migración hacia productos financieros más estables, en sintonía con los lineamientos de la política económica oficial.