En plena reorganización de la escena política tras el fallo que confirmó la condena de Cristina Kirchner, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, encabezó una reunión en la Casa Rosada con gobernadores de distintos signos políticos. El encuentro, pautado para tratar reclamos fiscales y obras públicas, derivó en un análisis más amplio: el impacto institucional de la sentencia contra la exmandataria y la incertidumbre que genera su posible detención.
Si bien el temario oficial estaba centrado en las demandas por recaudación, coparticipación y obra pública, Francos aludió por iniciativa propia al nuevo contexto político. Según confiaron fuentes del Ejecutivo, el funcionario expresó su incomodidad con la «inestabilidad» derivada de la sentencia judicial contra la vicepresidenta del kirchnerismo.
Aclaró que no se refería a las manifestaciones ni a la violencia simbólica expresada en medios o locales partidarios, sino a la falta de conducción clara en la oposición peronista. «Cristina ordenaba. Ahora no se sabe quién va a liderar ni contra quién se compite», habría manifestado ante los mandatarios.
Gobernadores con reclamos económicos y posiciones enfrentadas
Del encuentro participaron los mandatarios de Chubut (Ignacio Torres), Catamarca (Raúl Jalil), La Pampa (Sergio Ziliotto), Santa Cruz (Claudio Vidal), y la vicegobernadora de Córdoba, Myrian Prunotto, en representación de Martín Llaryora. Si bien no hubo una convocatoria oficial del Gobierno nacional, la delegación fue armada por la propia liga de gobernadores.
Durante la reunión, los jefes provinciales insistieron en la necesidad de revertir el recorte de fondos y reactivar obras paralizadas. Francos respondió que se evaluará una «contraoferta» a partir del memo que presentaron y que el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, también se llevó consigo. “Vamos a ver qué se puede hacer”, deslizaron desde la Jefatura de Gabinete.
Contexto político y marchas en gestación
Mientras en Balcarce 50 se realizaba la reunión, comenzaba a organizarse una movilización opositora desde el domicilio de Kirchner hacia los tribunales de Comodoro Py, en señal de respaldo ante su eventual detención.
Además, grupos piqueteros interrumpieron accesos a la Ciudad de Buenos Aires, lo que sumó tensión al clima general. Desde el oficialismo nacional evaluaron que la ratificación del fallo contra CFK llegó «en un mal momento», al coincidir con la antesala de un año electoral.
Presencias sorpresivas y roces internos
Llamó la atención la participación del gobernador pampeano Ziliotto, quien ha mantenido una postura abiertamente crítica hacia la administración de Javier Milei. También fue sorpresiva la inclusión de Vidal, con quien Francos ha mantenido vínculos esporádicos.
Inicialmente se esperaba que Rogelio Frigerio (Entre Ríos) encabezara la representación, pero su ausencia y la modificación de la delegación dan cuenta de las tensiones internas en el armado provincial. El encuentro había sido postergado desde el lunes a pedido de las provincias, que exigían la participación directa de funcionarios del área económica.
Conclusión abierta en medio de un escenario incierto
Sin resoluciones concretas, el Gobierno tomó nota de los reclamos, pero no ofreció respuestas definitivas. Mientras tanto, la situación judicial de Kirchner continúa reorganizando las dinámicas de poder dentro del peronismo y en el tablero nacional. En ese marco, la advertencia de Francos resuena como una muestra de cómo el oficialismo interpreta el vacío de liderazgo opositor como una oportunidad política, aunque también como una fuente de riesgo institucional.
