Mientras la atención estaba puesta en el cierre del partido entre Argentina y Colombia, otro cruce de peso se desarrollaba en San Pablo. Allí, la Selección de Brasil vencía por la mínima a Paraguay, asegurando su boleto al próximo Mundial 2026, en lo que fue el primer triunfo de Carlo Ancelotti como entrenador del conjunto verdeamarelo. Del otro lado, Gustavo Alfaro ofreció una respuesta tan introspectiva como tajante.
El tanto de Vinícius Júnior le dio a Brasil una victoria que también significó dejar a Paraguay sin margen para sellar su clasificación de manera anticipada. Pese a la derrota, Alfaro no esquivó los micrófonos y eligió transformar el golpe en enseñanza. Su análisis, profundo y sereno, contrastó con la frustración de muchos hinchas guaraníes.
“Hay derrotas que enseñan”: la lectura de Alfaro
El entrenador argentino fue claro en su primera frase ante la prensa: “Hay derrotas que duelen y hay derrotas que enseñan”. Lejos de buscar excusas, reconoció que perder nunca es bienvenido, pero que forma parte del camino hacia la madurez de un equipo. “A nadie le gusta perder, pero deja enseñanzas”, remarcó, con un tono que mezclaba experiencia y entereza.
Consciente de que esta caída significaba posponer el sueño mundialista, Alfaro se enfocó en el proceso y no en el resultado: “Para aprender a ganar también hay que aprender a perder”, expresó. Sin dramatismo ni excusas, valoró el aprendizaje y aseguró que ya piensa en lo que viene.
“Fue mi décimo partido al frente de Paraguay”: una mirada de proceso
El “Lechuga” explicó que todavía está conociendo los rincones del plantel paraguayo. “Este fue mi décimo partido dirigiendo a Paraguay y estoy descubriendo un montón de situaciones en el medio del camino”, confesó, resaltando la complejidad de competir mientras se ajustan piezas sobre la marcha.
En ese sentido, señaló que la necesidad de sumar puntos no siempre permite trabajar con la calma deseada. Aun así, no bajó los brazos. “Ahora tenemos un tiempo importante para prepararnos para el partido con Ecuador, a ver si en casa conseguimos el resultado que nos permita clasificar”, sentenció con firmeza.
La conexión emocional con Paraguay y una cita inesperada
En la previa del encuentro, Alfaro había compartido una reflexión muy personal sobre lo que representa para él su nuevo ciclo como seleccionador. Al recordar su paso por Boca, deslizó: “Después de mi experiencia en Boca, necesitaba algo como lo de Ecuador y tal vez Ecuador estaba necesitando algo como lo mío… y aquí me pasa lo mismo”, reveló con emoción.
Pero lo que más llamó la atención fue su manera de describir esta etapa: “Era como en el libro ‘Rayuela’ de Cortázar, que ‘andaban sin buscar, pero andaban para encontrarse’”, dijo, provocando una mezcla de sorpresa y admiración. Una frase inesperada, literaria, que dejó en claro que para Alfaro, el fútbol también es un camino de sentido.
Un mensaje que trasciende el resultado
Más allá del resultado, la presentación de Paraguay en Brasil dejó entrever una idea en construcción, un cuerpo técnico que no se desespera por el impacto inmediato, pero sí apuesta al largo plazo. Alfaro, lejos de caer en lugares comunes, ofreció una lectura distinta del tropiezo: la derrota como parte de un viaje que aún no termina.
