La situación judicial de Cristina Kirchner sigue generando repercusiones. Tras haber sido condenada por corrupción en una causa con fallo firme, la exmandataria cumple prisión domiciliaria con tobillera electrónica en su departamento de la calle San José al 1100. Sin embargo, un nuevo foco de conflicto se abrió en torno a las visitas que puede recibir mientras cumple su condena.
El Tribunal Oral Federal 2 le impuso un plazo de 48 horas para presentar un listado de familiares, médicos, abogados y custodios que podrán ingresar al domicilio. Pero la exvicepresidenta, lejos de acatar la resolución, pidió al juez Jorge Gorini que le permitan recibir a cualquier persona, en cualquier momento, sin necesidad de autorización previa.
El juez decidirá el lunes y hay malestar en Tribunales
La respuesta al pedido de Kirchner será evaluada el lunes por el juez Gorini, quien tiene cinco días hábiles para resolver. Mientras tanto, continúa vigente el plazo para presentar el listado. Si el mismo no es entregado, solo podrán ingresar las personas autorizadas por el Tribunal.
Desde Comodoro Py explicaron que se está observando con atención el movimiento en el edificio de San José 1111. Y, aunque por ahora rige un “período de gracia”, se busca evitar que el departamento se transforme en un “desfiladero de gente”, según fuentes judiciales.
El intento de Cristina Kirchner por eludir restricciones
La defensa de la exjefa de Estado, encabezada por el abogado Carlos Beraldi, presentó un escrito solicitando la nulidad del punto que restringe el ingreso solo a ciertas categorías. Según argumentó, la pena de prisión domiciliaria no puede implicar la pérdida de derechos civiles ni políticos que no estén expresamente prohibidos por ley.
«Nuestra asistida no ha perdido ninguno de los demás derechos inherentes a su condición humana», sostuvo la defensa en el escrito, apelando al artículo 19 de la Constitución Nacional y al principio de reserva.
Mayra Mendoza cruzó el límite: entró sin autorización
El conflicto escaló en las últimas horas luego de que la intendente de Quilmes, Mayra Mendoza, accediera al domicilio de Kirchner sin estar incluida en el listado. No solo ingresó al departamento, sino que convocó a una concentración en las inmediaciones, afirmando que la expresidenta “saldrá al balcón en cualquier momento”.
El TOF 2 ya había advertido que el comportamiento de Kirchner debía mantenerse dentro de parámetros de “prudencia y sentido común”, sin perturbar la tranquilidad del vecindario. Sin embargo, las actitudes recientes del entorno K parecen desafiar abiertamente esa orden judicial.
El Gobierno porteño, en alerta por los disturbios en el barrio
En paralelo, tanto el Ministerio de Seguridad nacional como el de la Ciudad de Buenos Aires monitorean la situación. Desde el entorno de Jorge Macri se presentó un informe detallando los perjuicios que ocasiona la presencia constante de militantes en el barrio de Monserrat.
Fuentes del Gobierno porteño señalaron que San José 1111 no sería un sitio adecuado para cumplir una pena de arresto domiciliario. Específicamente, por las alteraciones que provoca en la vida cotidiana del barrio. La Ciudad seguirá remitiendo documentación para demostrar cómo se ve afectado el entorno.
La tobillera no impide movimientos dentro del departamento
Si bien Cristina Kirchner es monitoreada con una tobillera electrónica, el dispositivo solo permite verificar que no infrinja el perímetro determinado por la Justicia. No existe control sobre sus movimientos dentro del departamento ni sobre sus apariciones en el balcón.