En su informe semestral publicado este martes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revisó a la baja su estimación de crecimiento para la Argentina en 2025, aunque mantuvo al país como el segundo con mejor desempeño del G20, sólo por detrás de India. La proyección quedó en 5,2%, cinco décimas menos que lo calculado en marzo. La inflación estimada subió del 29% al 36,6%.
Las proyecciones se enmarcan en un contexto internacional adverso, afectado por la desaceleración global y las tensiones comerciales, particularmente por el aumento de aranceles en Estados Unidos, que impactará en las exportaciones. Aun así, la OCDE incluyó a Argentina como una de las pocas economías que escapan a esa tendencia de enfriamiento, gracias a un rebote interno que comenzó a notarse en la segunda mitad de 2024.
Factores del crecimiento argentino
Según el organismo, el impulso local estará sostenido por el crecimiento del consumo privado, el aumento de la inversión, la mejora en el clima de negocios y la apertura gradual del mercado cambiario. También se valoró positivamente la salida del cepo, la consolidación del equilibrio fiscal y la política monetaria contractiva aplicada por el Banco Central.
En ese marco, se espera que el producto interno bruto (PIB) crezca un 4,3% adicional en 2026, lo que posicionaría nuevamente a la Argentina entre las economías con mayor expansión.
Un rebote que ya se observa
Durante 2024, el país cerró con un superávit externo de 0,9% del PBI y un superávit financiero de 0,3%, en contraste con el déficit corriente de 2023. La inflación interanual cayó del 211% al 47% entre diciembre y abril, y el desempleo bajó del 7,7% al 6,4%, con una recuperación paulatina del crédito al sector privado y mejores indicadores de consumo.
El informe también destaca la suba proyectada de la inversión fija bruta (21,7% en 2025) y de las exportaciones (11,2%), aunque advierte que las importaciones crecerán más, en torno al 23,9%, debido al mayor poder adquisitivo y la normalización del comercio exterior.
Advertencias y desafíos
A pesar del escenario favorable, la OCDE señaló algunos riesgos. La apreciación del tipo de cambio real podría afectar la competitividad exportadora, y la persistencia de tasas internacionales elevadas dificultará la acumulación de reservas. Por eso, recomienda avanzar con reformas estructurales en el sistema tributario, eliminar distorsiones que desalientan la inversión y reducir aranceles y trabas regulatorias.
Si bien el tipo de cambio se mantiene dentro del esquema de bandas móviles, el organismo recomienda sostener tasas de interés reales positivas y preservar el control del gasto público. La eliminación de subsidios, la formalización del empleo y la eficiencia en la administración estatal son, para la OCDE, condiciones necesarias para sostener el crecimiento en el mediano plazo.