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ECONOMÍA

La recuperación del consumo pierde fuerza por el freno al crédito y la cautela salarial

Un informe privado advierte que el salario real y el financiamiento bancario se desaceleran, mientras la inflación sigue bajando.

Recuperación
A pesar de la competencia de plataformas digitales y cambios en los hábitos de consumo, el mercado de locales sigue siendo un pilar fundamental en el comercio porteño.

La reactivación del consumo muestra señales de agotamiento en algunos de sus motores principales. Según un estudio de la consultora MAP, si bien la baja sostenida de la inflación continúa colaborando con la recomposición del poder adquisitivo, tanto el crédito como los salarios comienzan a perder dinamismo, lo que complica la consolidación de la demanda interna.

Los hogares empezaron a mostrar signos de recuperación desde mediados de 2024, pero ese proceso hoy transita con altibajos. El financiamiento bancario perdió impulso y la suba de salarios reales se amesetó”, explicó Juan Pablo Ronderos, socio de MAP.

Los bienes durables lideran, pero el consumo masivo sigue rezagado

En términos sectoriales, los bienes durables todavía registran mejoras destacadas. En los primeros cinco meses del año, las ventas de autos aumentaron un 83,9% interanual, mientras que en el primer trimestre los lavarropas crecieron 99,9% y las heladeras un 115,5%. Se trata de segmentos que concentran mayormente a los hogares de ingresos altos.

En contraste, el consumo masivo —alimentos, bebidas y productos de higiene— apenas comienza a mostrar variaciones positivas. Según Scentia, en mayo el sector creció 5,5% interanual, pero con una caída mensual del 2,2% frente a abril. El acumulado anual pasó a terreno positivo (+0,6%) por primera vez en lo que va de 2025, aunque sigue lejos de los niveles de 2023.

La desigualdad entre regiones marca el pulso del consumo

El informe también refleja una fuerte disparidad territorial. La Ciudad de Buenos Aires lidera el repunte en supermercados, pero muestra retrocesos en ventas de autos y combustibles. En el otro extremo, Tierra del Fuego ocupa los últimos lugares en casi todos los indicadores, con excepción de los vehículos 0 km, donde alcanza una posición media. Las provincias petroleras como Río Negro y Chubut, en cambio, muestran un mayor dinamismo.

Hoy no alcanza con mirar los promedios. La economía se volvió quirúrgica. Empresas de electrodomésticos premium baten récords, mientras que el consumo masivo sigue estancado”, señaló Ronderos.

Contención del gasto y presión sobre paritarias

En línea con el objetivo de consolidar el superávit fiscal, el Gobierno viene controlando con firmeza las negociaciones salariales. Desde el Ministerio de Economía se impulsa que los acuerdos no superen el 1% mensual, como el firmado recientemente por el gremio de Camioneros, que cerró un 3% en tres tramos trimestrales.

Según datos del INDEC, los salarios venían creciendo por encima del IPC desde marzo de 2024, acumulando una mejora del 19,9%. Sin embargo, en marzo último, la inflación (3,7%) volvió a superar a los ingresos (3%), generando una alerta que el Ejecutivo busca contener manteniendo a raya las expectativas.

Créditos al consumo: desaceleración y mora en alza

El financiamiento a las familias también empieza a mostrar signos de fatiga. En mayo, los préstamos al consumo crecieron 4,9% real mensual, por debajo del promedio de 5,7% registrado entre enero y abril, y lejos del 8,5% del último semestre de 2024.

Al mismo tiempo, crece la morosidad. El Banco Central reportó que los saldos impagos de tarjetas treparon al 2,8% en marzo —máximo en tres años— y los préstamos personales alcanzaron una mora del 4,1%, el mayor nivel en nueve meses. También se registraron más cheques rechazados y postergaciones de deuda corporativa, con casos como Celulosa, Grupo Albanesi y Los Grobo.

Un consumo fragmentado que no liderará la recuperación

Para los analistas, el panorama de cara al segundo semestre será de continuidad en esta dinámica segmentada. Los niveles altos de ingreso mantienen su capacidad de compra en bienes durables, pero los sectores medios y bajos siguen muy condicionados por el peso de los servicios públicos y el transporte en su canasta de gastos.

Está claro que el consumo no será el motor de esta etapa de crecimiento. El Gobierno apuesta a ordenar las cuentas, estabilizar la macro y liberar las fuerzas productivas. Las empresas deberán adaptarse a este nuevo escenario”, concluyó Ronderos.