Misiles en el cielo, explosiones a pocas cuadras y una espera que se hace eterna. Así describe su presente el diputado nacional Damián Arabia, quien se encuentra varado en Tel Aviv en medio de una nueva escalada militar en Medio Oriente. El legislador del PRO, que había viajado invitado por la Embajada de Israel, permanece refugiado en un búnker subterráneo desde hace más de 36 horas, sin vuelos disponibles para regresar al país.
“Apenas llegamos, empezaron a sonar las sirenas. Fue todo muy rápido: notificaciones en el celular, alarmas en la calle y la indicación de bajar al refugio más cercano. Desde entonces, ya vivimos siete alertas distintas”, relató Arabia en diálogo con Splendid AM 990, desde el cuarto subsuelo del edificio donde se hospeda.
El diputado explicó que el sistema de defensa israelí es uno de los más avanzados del mundo y que, gracias a eso, la mayoría de los misiles son interceptados en el aire. “Se escuchan las explosiones de fondo, y aunque son pocas las que logran llegar, una cayó a solo seis cuadras de donde estoy”, detalló.
Arabia permanece en un búnker acondicionado para emergencias: “Hay agua, frutas, buena señal de celular y una pantalla con noticias. Lo más difícil es la ansiedad, pero estamos seguros”. Según indicó, cuando se activa una alarma, hay entre 90 y 120 segundos para refugiarse antes del posible impacto.
Mientras tanto, la incertidumbre sobre el regreso es total. “No hay vuelos disponibles hasta al menos el lunes. Las autoridades prefieren no generar falsas expectativas, así que estamos a la espera de que se reabra el espacio aéreo”, señaló.
Pese al contexto crítico, el legislador valoró el respaldo recibido desde Argentina: “Me llamó el presidente Milei, Karina Milei y la ministra Patricia Bullrich, además de muchos compañeros del Congreso. Son gestos que ayudan en momentos así”.
La tensión en la región se incrementó en las últimas horas y los expertos advierten que es la mayor escalada desde octubre del año pasado. Para Arabia, estar en el centro del conflicto fue un golpe de realidad. “En Argentina la vida cotidiana transcurre con normalidad. Acá, estar a 600 metros de un impacto no es un detalle menor. Incluso los locales, que están acostumbrados, reconocen que esto no es algo común”, reflexionó.
Por ahora, al igual que cientos de personas atrapadas en el conflicto, Arabia deberá esperar en silencio, confiando en los protocolos de seguridad y en que, pronto, podrá dejar atrás el cuarto subsuelo donde, de momento, sigue resguardado.
