Connect with us

Hola, qué estás buscando?

POLÍTICA

Nuevos chats entre Alberto Fernández y Fabiola Yáñez: «No quiero tener problemas con la AFIP”

La pericia sobre el teléfono del exmandatario, secuestrado en agosto de 2024 en su departamento de Puerto Madero, expone 8.474 páginas de mensajes privados.

Fabiola Yáñez y Alberto Fernández

Un voluminoso informe judicial revela más detalles de la conflictiva relación entre el expresidente Alberto Fernández y su expareja, Fabiola Yáñez. La pericia sobre el teléfono del exmandatario, secuestrado en agosto de 2024 en su departamento de Puerto Madero, expone 8.474 páginas de mensajes privados intercambiados desde 2017. También se hallaron audios, fotos y videos inéditos. El material fue incorporado a la causa por violencia de género iniciada por Yáñez y está siendo analizado por la Justicia.

En el contenido, al que accedió Infobae, abundan las discusiones, insultos y amenazas. Una de las conversaciones más llamativas ocurre cuando Fernández expresa su preocupación por temas impositivos. “No quiero tener problemas con la AFIP”, le escribió a Yáñez, en el marco de una charla tensa sobre sus ingresos y los de ella. Fernández detalló que debía facturar mensualmente desde Argentina a la Universidad Camilo José Cela de Madrid, donde trabajaba. En ese contexto, le advirtió a Yáñez que, si también generaba ingresos en el exterior, debía declarar esos movimientos.

Sin embargo, el intercambio rápidamente escaló. Yáñez respondió acusándolo de acoso y maltrato emocional. “Esto es un acoso constante. Ya no lo soporto”, le dijo. En ese tono, se multiplican las acusaciones cruzadas a lo largo de los meses, con episodios particularmente violentos en febrero y agosto de 2024.

Violencia, amenazas y acusaciones cruzadas

En febrero, Fernández le escribió en plena madrugada para exigirle que abandonara la casa. “Sos lo peor que me pasó en la vida (…) A partir de hoy estás muerta para mí”, le envió por mensaje. En respuesta, Yáñez lo acusó de trato despectivo hacia su madre y de haberla golpeado en más de una ocasión. “Cada vez que me iba a la casa de huéspedes es porque me pegabas un sopapo”, afirma en uno de los textos.

En agosto, cuando estalló el escándalo judicial y Fernández se enteró de que un periodista de Clarín consultaba por el contenido del teléfono de su secretaria, la tensión se disparó nuevamente. Según consta en los chats, Fernández le reprochó a Yáñez su vínculo con el abogado Juan Pablo Fioribello, a quien él mismo había criticado duramente en el pasado. La discusión incluyó nuevas acusaciones de violencia física y amenazas de suicidio por parte del expresidente. “Por primera vez pensé en terminar mi vida”, escribió.

El deterioro emocional de Fernández es evidente en varios tramos de los mensajes. En julio, ante rumores sobre un supuesto documental que Yáñez estaría produciendo, Fernández volvió a amenazar con quitarse la vida. “Estoy muy deprimido”, dijo. También acusó al presidente Javier Milei de estar detrás de campañas en su contra. “Me he vuelto un problema para él”, aseguró.

Sospechas, vacíos y material borrado

El análisis del celular revela también varios períodos de mensajes eliminados. El más llamativo abarca desde marzo hasta diciembre de 2019, es decir, durante la campaña presidencial que llevó a Fernández a la Casa Rosada. Los chats se reanudan el 21 de diciembre, cuando él y Yáñez ya estaban instalados en la residencia de Olivos.

Además, se destaca la baja frecuencia de mensajes en 2020 y 2021, lo que llamó la atención de los peritos. En cambio, la mayoría de las conversaciones registradas se concentran entre 2022 y 2024, con un notable incremento en la conflictividad entre ambos.

El material, presentado por la defensa de Fernández en el expediente que investiga denuncias de violencia de género, fue peritado en los últimos días. La información difundida deja en evidencia no solo la tensa y compleja relación entre el expresidente y su expareja, sino también su preocupación por temas judiciales, fiscales y políticos. Bajo ese marco, la figura de Javier Milei aparece en reiteradas ocasiones, a quien Fernández califica como “una persona psiquiátricamente alterada”.