Ribera del Duero se encuentra a dos horas en coche al norte de Madrid, en una meseta alta y ventosa, lejos de las playas. Se trata de una excelente región vinícola que supone, al mimo tiempo, prestigio y discreción. Por un lado, la bodega moderna más antigua de Ribera del Duero, Vega Sicilia, ostenta el título de la más prestigiosa de España. Hoy en día, Familia Fernández Rivera (creadores de Tinto Pesquera), Dominio de Pingus, Dominio de Es y otros consolidaron esa reputación con sus propios vinos, muy admirados y de alto precio.
Por otro lado, la zona no obtuvo la denominación de origen oficial sino hasta el año 1982, y muchos amantes del vino no la encontraban en un mapa. Debido a la calidad de algunos de estos vinos —tintos ricos, terrosos, herbáceos y complejos, generalmente elaborados íntegramente con tinto fino, la variante local del tempranillo—, surge la pregunta acerca de por qué resultó un proceso tan lento. En parte, se debe a que Rioja, mucho más conocido, está apenas a unos 160 kilómetros de distancia.
Luego, el río Duero, que bordea la región (de allí el nombre «Ribera«), fluye hacia el oeste, hacia Portugal, donde se le conoce como el Duoro. Allí, las empinadas laderas son famosas por un estilo diferente de vino tinto intenso: uno fortificado, históricamente, que se transportaba río abajo hasta Oporto y, a través del Atlántico, hasta la sedienta Inglaterra. Oporto por un lado, Rioja por el otro, son sin duda el equivalente vinícola de vecinos ostentosos.
Las bodegas más reconocidas
Dos de las mejores bodegas del mundo, la vasta Vega Sicilia y la pequeña Dominio de Pingus, se encuentran a ocho kilómetros de distancia a lo largo de la carretera principal. Entre ellas se encuentra una tercera, Taller Arzuaga, cuyo restaurante cuenta con impresionantes laureles: una estrella Michelin y el Premio de Enoturismo 2023 de Tim Atkin, Master of Wine que elabora un exhaustivo informe anual sobre la región.
En Vega Sicilia se elabora vino desde el siglo XIX y, más puntualmente, el año 1860, pero existen monasterios medievales repartidos por la región, incluyendo la Abadía Retuerta, ahora un hermoso hotel y bodega. Y donde hubo monjes, invariablemente hubieron vides. El descubrimiento de un mosaico romano cercano que representa a Baco, el dios romano del vino, sugiere firmemente que aquí ya había vides un milenio atrás.
La propuesta más gloriosa de Vega Sicilia es Unico, un impresionante tinto fino con un toque de Cabernet Sauvignon: terroso pero floral, con notas de rosa y puro, procedente de los mejores viñedos de la finca. Como todos los grandes tintos de la región, necesita tiempo para madurar; a diferencia de la mayoría, Unico lo consigue. El lanzamiento actual es de 2014 y aún es joven.
En el otro extremo, puede degustarse un vino aún en barrica en Pingus: el Pingus 2022, ya perfumado y elegante, con una suave textura de frambuesa en la boca, y el PSI 2023, elaborado con valiosas viñas viejas. Puro y herbáceo, resulta casi bebible a pesar de su juventud y de un año difícil con heladas, lluvia y calor extremo. «Los mejores viñedos siempre son más fieles a sí mismos que a la añada», observó Peter Sisseck, el propietario y enólogo.
Algunas opciones a considerar
Otros grandes nombres a tener en cuenta son Marta Maté, Dominio Fournier, Dominio de Cair y Pago de los Capellanes. Si es que puede tenerse acceso a alguno de los vinos de estas bodegas de Ribera del Duero, es importante no beberlo de inmediato. Ribera del Duero, de manera análoga a la fábula de Esopo, evoca a la tortuga que se va adelantando a las liebres que están al este y al oeste. De modo tal que la paciencia constituye una virtud, tanto en la tierra como en la botella.
